viernes, 30 de noviembre de 2012

Quién perdió con el fallo de La Haya?

Por Armando Brugés Dávila.

Lo primero que tenemos que hacer es retrotraernos en la historia y recordar que en 1904, mediante triquiñuelas políticas Estados Unidos  nos cercena Panamá; tan cierto, que el tratado que concede a Colombia una indemnización por la pérdida de Panamá no se firma con ésta sino con Estados Unidos (Tratado Thompson-Urrutia. 1922): Obviamente Colombia no quedó muy satisfecha. Una buena ocasión para darles contentillo a los colombianos se presentará el 26 de diciembre de 1926, cuando con el pretexto de ayudar a sus aliados de la derecha nicaragüense y “defender la democracia en el continente”  invaden Nicaragua. Dos años después, en plena invasión se firma el tratado Bárcenas-Esguerra, el cual compromete a Colombia a respetar la soberanía de Nicaragua sobre la Mosquitia y las islas Mangle y ésta a su vez le reconoce a Colombia la soberanía sobre San Andrés y Providencia. Si bien es cierto, estas islas pertenecieron primero a la Real Audiencia de Panamá y posteriormente a la Capitanía General de Guatemala, la verdad fue que gracias al auge que venía teniendo el algodón en España, ésta comienza a interesarse por las islas en Hispanoamérica y decide en 1803 poner no sólo a éstas sino también la Costa de Mosquitos bajo la jurisdicción de la Nueva Granada. Se sabe que en 1924 Nicaragua, se dice que presionada por USA, solicita arbitraje internacional para dirimir la soberanía sobre el Archipiélago de San Andrés, solicitud que Colombia rechaza de manera airada por considerarla improcedente dados los antecedentes históricos. Más adelante las Provincias Unidas de Centroamérica, de la cual formaba parte Nicaragua, reconocen en 1825 la soberanía de Colombia sobre la Costa de Mosquitos y la Isla de San Andrés.  No queda claro entonces la razón por la cual Colombia termina aceptando el tratado Bárcenas-Esguerra, pero bien lo podría explicar el hecho de que si bien entregaba la Costa de Mosquito, imponer el meridiano 82 como límite con Nicaragua, le embolataba a ésta, territorios marítimos y la posesión de algunas islas, bancos y cayos, algunos incluso en posesión de Estados Unidos, como veremos a continuación. 

En 1972 Colombia y USA suscriben un tratado mediante el cual el segundo le entrega a nuestro país la soberanía sobre los cayos Roncador, Quitasueño y Serrana. ¿Cómo habían llegado estos cayos a ser posesión norteamericana? Resulta que en 1856 el Congreso americano, dada la importancia del guano como fertilizante, decide aprobar el “Guano Islands Act” que autorizaba a sus ciudadanos a tomar posesión, en cualquier parte del mundo, de islas que poseyeren este tipo de depósitos, salvo que estuviesen ocupadas o bajo jurisdicción de otros gobiernos. Esta salvedad no es muy clara cuando en la misma se ordenaba  a su presidente, usar la fuerza militar si fuese necesario para defender estos derechos. En esta telaraña caen los tres cayos arriba señalados. Este tratado obviamente no le gusta a Nicaragua que protesta por considerarlo un reconocimiento a las pretensiones colombianas sobre estos cayos. Lo que generalmente no se menciona de este tratado es que Estados Unidos quedaba en igualdad de derechos con Colombia para usufructuar monopólicamente todas las riquezas del área, fauna y flora, incluyendo el subsuelo. Tanto así, que según reglamentación anexa al tratado queda claro que ambos países gozarían de la libertad monopólica de navegación y pesca en el área.  Obsérvese cómo en ambos tratados, Estados Unidos disfrazado de oveja, resulta indirectamente beneficiado.

Si analizamos con atención, el más perjudicado en este proceso, viene a ser, quien lo creyera, Estados Unidos, porque mientras Colombia queda en posesión de los cayos, Nicaragua ejerce soberanía sobre el área marítima. Incluso en el fallo de la Corte de Justicia de La Haya quedó muy claro que los pescadores de San Andrés y Providencia podrían navegar y pescar en dichas aguas por derecho propio. En cambio, los estadounidenses pierden todas las gabelas que sobre esas aguas tenían de acuerdo al tratado firmado con Colombia en 1972.

Surgen entonces varias preguntas: ¿Hasta dónde tendrá la mano metida el gobierno norteamericano en el cambio de actitud asumido por nuestros gobernantes, incluso ex gobernantes, que en principio juraban respetar  y acatar el fallo y  a las primeras de cambio resultan, de manera por demás casi irracional y por lo mismo sospechosa, retirarse del Pacto de Bogotá y desacatar el fallo? ¿A quién le estarán haciendo la vuelta? ¿Qué tanto afectará esta actitud  al ahora exitoso proceso de unidad continental suramericana y a quién  beneficiaría?

 

 

 

 

martes, 27 de noviembre de 2012

Por qué no la imitas?

Por Armando Brugés Dávila.

El 14 de noviembre sucedió un hecho realmente histórico: nunca antes el mundo había visto una protesta laboral de carácter continental; más desconcertante aún que ello sucediera en la Europa, otrora ejemplo y envidia del sector laboral en el planeta. Hace apenas 20 años, un suceso como éste sólo era posible en las películas de ciencia-ficción, tipo Planeta de los Simios. Más de veinte países se vieron involucrados en este proceso, unos más, otros menos, pero involucrados  directamente en la protesta estuvieron Grecia, España, Portugal e Italia. La represión policial que se vio por los canales de televisión en aquellos países, fue digna de cualquier país tercermundista.
En España, el gobierno tuvo que intervenir para evitar que continuaran los desalojos. En ese país, en 15 años la burbuja inmobiliaria había dejado en la calle a 6 millones de personas, 1 millón de casas vacías y miles de familias endeudadas. Desde 2008 a la fecha se han realizado 350.000 desalojos y 250.000 están en proceso. En octubre por ejemplo, se ejecutaron 526 desalojos diarios. Lo anterior ha dado como resultado que del 2009 a la fecha, 9 personas se han suicidado por este motivo. Pero se trata de una intervención que aparenta tocar pero no toca nada; la nueva ley de emergencia sólo exime del desalojo y únicamente por dos años a: 1º  Familia numerosa, de acuerdo a la legislación española. 2º Familia con un hijo menor de tres años. 3º Familia con dos hijos a cargo. 4º Cuando uno de los miembros de la familia tenga discapacidad mínima de un 33%. Pero las leyes quedan iguales. La familia queda sin casa pero con la deuda, la cual puede incrementarse por los gastos judiciales. Con razón tanto suicidio. También habla el gobierno de dar casa a los desalojados, pero como en otras partes del mundo, ese sistema corrupto y avaro no dice cuándo ni cómo. De la desocupación laboral ni hablemos.
Ante este caótico panorama, un comentarista español manifestaba que a propósito de la famosa frase  ¿Por qué no te callas? del Rey Juan Carlos I de España, la misma debería cambiársele por la ¿Por qué no imitas a América Latina?,  seguramente haciendo referencia a los cambios tan positivos que se vienen mostrando en esta parte del mundo. En Perú, por ejemplo, el Instituto de Estadística y Finanzas, nos muestra un crecimiento anualizado del 6.1%. De la economía colombiana se habla maravillas en la península. Bolivia por primera vez en sus doscientos años de historia presenta superávit presupuestal. Mientras en Venezuela la Gran Misión de Vivienda que había programado la entrega de 350.000 viviendas, finalizando este año ya lleva un 80% de su proyecto cumplido y tienen programado para entregar 33.000 en este mes y otras 34.000 en diciembre. Entre 1999 y 2012, en este país se generaron cuatro millones de nuevos puestos de trabajo, disminuyendo el desempleo de un 27% a un 7.3%.
Llama la atención que una propuesta similar, pero al contrario, la hizo al notablato criollo grancolombiano, a comienzos del siglo  XIX, el profesor Simón Rodríguez, cuando les dijo: “Vean la Europa cómo inventa, y vean nuestra América cómo imita. La América no debe imitar servilmente, sino ser original. ¡Pero ya que tratan de imitarlo todo, imiten la originalidad de la Europa”. Las vueltas que da la vida.

 

 

 

 

 

 

 

domingo, 18 de noviembre de 2012

Por qué no el Nobel a Llinás.

Por Armando Brugés Dávila.

Cuando Karl Popper, austriaco nacionalizado en Gran Bretaña,  predijo en su ensayo sobre el cerebro que los humanos nunca podríamos llegar a comprenderlo puesto que se trataba de un órgano complejo tratando de explicarse a sí mismo, el mundo científico se enmudeció. Popper era considerado en ese momento el ícono de la cultura occidental imperante. Personalmente me atrevería a decir que se trata de uno de los últimos científicos respetables con concepción dualista del mundo. Los títulos de dos de sus trabajos más importantes así lo demuestran: El yo y su cerebro y El cuerpo y la mente. El primero lo escribe en compañía del neurobiólogo John C. Eccles, con quien posteriormente trabajó Rodolfo Llinás en la Universidad Nacional de Australia.

Esta idea se mantuvo hasta el momento en que aparece en la palestra el monista colombiano, diciendo que a su parecer el cerebro sí era un órgano muy complejo, pero que él confiaba en que resultaría más inteligente que complejo. De aquí en adelante las teorías sobre el funcionamiento del cerebro dieron un vuelco total. Llinás se convirtió en la figura estelar de la Neurología: sus investigaciones eran reconocidas en todo el planeta por su originalidad y trascendencia. Sus amigos en todo el mundo no se explicaban el porqué al colombiano no se le había otorgado el Nobel de Física, no obstante haber estado nominado en varias ocasiones. Algunos colegas estadounidenses, como queriendo paliar la situación, comentaron en su momento que tal distinción no le había sido entregada debido a que su trabajo era tan extenso y complejo que resultaba casi imposible sintetizarlo.

Se dice que su legado vuelve trizas las ideas que se tenían sobre este órgano, único en el universo, al punto de generar un nuevo paradigma en cuanto al entendimiento de nosotros mismos y de la forma en que interactuamos con la realidad. Tanto así, que en este mes España le otorgará  la Medalla de Oro del Instituto de Investigación de España. Honor que sólo se le ha concedido a tres neurobiólogos, a quienes previamente  se les había concedido el Premio Nobel.

Siempre tuve la inquietud de cómo era eso de que su trabajo era tan extenso y complejo que resultaba imposible sintetizarlo; posteriormente me percaté que eso no era cierto, porque Llinás ha hecho aportaciones importantísimas al mundo de la Neurología, entre la que se puede destacar La Ley de la no intercambiabilidad de neuronas, más conocida como la Ley de Llinás. Según esta ley, las neuronas de un determinado tipo, neurona talámica por ejemplo, no pueden ser funcionalmente remplazada por una de otro tipo, caso neuronas de la oliva inferior, aun suponiendo que su conectividad sináptica y el tipo de neurotransmisor liberado sean idénticos, esto debido a que las propiedades electrofisiológicas intrínsecas son diametralmente distintas.  Hasta ese momento en el ámbito científico se aceptaba como cierto que sólo las conexiones y los neurotransmisores liberados por las neuronas determinaban las funciones; el colombiano demostró que el concepto estaba errado. Como este descubrimiento otros 15 de igual o mayor importancia han sido aportados por este hombre de ciencia al conocimiento universal.

La respuesta la dio el mismo Llinás en una entrevista concedida recientemente a un periodista en Colombia, a quien al preguntarle sobre el tema, le respondió:  “A lo mejor en Suecia se preguntarán: ¿Qué ganamos dando un Nobel de Física en Suramérica? Un Nobel de literatura es muy diferente. Un premio Nobel en Ciencias, para un país  suramericano, sería una bomba atómica”.

Como diría cualquier costeño: ¡Carajo, zipote respuesta tan clara y contundente!

 

 

 


 

 

martes, 13 de noviembre de 2012

Los supuestos no son buenos consejeros.

Por Armando Brugés Dávila.

A propósito de la homofobia que se ha despertado en el país y de la absurda petición del pastor Concejal de Bogotá a Canal Capital, solicitándole la lista del personal LGBTI que allí labora, bien se puede decir que esto solo es posible  cuando existen niveles muy pobres de educación, pero sobre todo un muy bajo interés por conocer lo que sucede en el ámbito científico mundial. La creencia de que la homosexualidad o y  el lesbianismo, por ejemplo, son el resultado de aberraciones de los seres humanos, por fortuna cada día tiene menos adeptos, gracias a que la ciencia ha venido aclarando que los mismos tienen un fuerte componente biológico. De acuerdo a lo expuesto por la National  Geographic, un grupo de científicos suecos del Karolinska Institutet realizaron en este año un estudio con 90 hombres y mujeres de distintas tendencias sexuales, encontrando que el cerebro de los homosexuales es más parecido al de las mujeres heterosexuales, pero que su frecuencia de onda se asemeja a la de los cerebros de las lesbianas. Es más, la investigación encontró que mientras en el cerebro de los heterosexuales el hemisferio derecho siempre se muestra más desarrollado que el izquierdo, en los varones homosexuales, estos hemisferios se encuentran más equilibrados, hecho similar a lo que sucede en los cerebros de las mujeres heterosexuales, mientras que el cerebro de las lesbianas es muy similar al de los hombres heterosexuales.
Pero esto no es nuevo, en 1998 la periodista Rita Carter, especializada en temas de medicina, en su libro El nuevo mapa del cerebro, nos dice que  en 1991 la revista Science  dio a la luz pública un estudio de Simón LeVay, profesor asociado en el Instituto Salk para Estudios Biológicos y profesor adjunto de biología en la Universidad de California, que una vez estudiados unos cerebros pertenecientes a homosexuales muertos de sida, estos revelaron  que eran estructuralmente distintos al de los hombres heterosexuales. El investigador encontró que el núcleo del hipotálamo, que desencadena el comportamiento sexual típicamente masculino, era mucho más pequeño en los homosexuales que en los heterosexuales, siendo similar su tamaño al que se encuentra en el cerebro femenino. Igualmente descubrió que el Cuerpo Calloso en los homosexuales es también más grande. Así mismo, la periodista señala que tres años después, el biólogo molecular Dean Hamer encontró una evidencia que sugería que un gen determinado, transmitido por línea materna, influenciaba la orientación sexual de los hombres.
Luego, todo apunta a demostrar que la homosexualidad tiene una fuerte fundamentación biológica y que los argumentos culturales y de aprendizaje, que siempre le han endilgado sectores religiosos y puritanos, no juegan mayor papel. Lo que sí no parece estar muy claro aún, de acuerdo a los investigadores suecos, es si su desarrollo se genera a nivel genético, fetal o posnatal. Pero como dice la filosofía popular, no hay peor ciego que el que no quiere ver. El infortunio del ser humano homofóbico radica en que no contento con serlo, adopta posturas sectarias y es en esta realidad conceptual en donde los supuestos resultan fatales para la convivencia.

 

 

 

 

 

 

 

sábado, 3 de noviembre de 2012


Sociedad Bolivariana y Archivo Histórico.

Por Armando Brugés Dávila.

Dadas las muchas inquietudes que generara mi artículo en torno a la suerte del Archivo Histórico del Magdalena y enterado del heroico logro de la restauración de la sede de la Sociedad Bolivariana, me embargaron dos sentimientos y se me ocurrió una respetuosa propuesta. Me embargó la nostalgia, al pensar que durante los 3 años que estuve presidiendo la sociedad no pude alcanzar tan caro objetivo, no obstante que le trabajé a dicho propósito con verdadero amor bolivariano. Recuerdo cómo de manera estoica en más de una ocasión  me tocó hacer cola, como cualquier desempleado, a políticos influyentes de la época  para que colaboraran y no tuviera la ciudad que pasar por la vergüenza de tener que devolver la sede al Ministerio de Cultura. Vergüenza porque resultaba inexplicable que Santa Marta, la ciudad en donde pasara a la inmortalidad  El Libertador Simón Bolívar, a propósito hoy más vigente que nunca,  la sociedad encargada de mantener su memoria, no contara con una sede decente en donde turistas extranjeros y nacionales, historiadores y jóvenes estudiosos de las ciencias políticas, fueran recibidos en primera instancia, antes de adentrarse al mítico mundo de San Pedro Alejandrino, dolorosamente convertido hoy en centro de agasajos y reuniones sociales privadas. Pero mis prácticas de lobby infortunadamente no dieron los frutos esperados. Sus ayudas consistieron en migajas que no servían casi que absolutamente para nada. Pero también sentí orgullo, porque estoy seguro que sin la guía de mi dilecto amigo Ramón Palacio Iguarán, presidente de la corporación, los estudiantes de la Escuela de Derecho  “Rodrigo Noguera Laborde” no hubiesen alcanzado tan importante logro.  Gracias Ramón, por haber logrado  semejante regalo para la ciudad. Ella no tendrá cómo agradecértelo y los bolivarianos siempre lo recordaremos con gratitud. Bien valdría la pena instalar allí una placa de mármol con los nombres grabados de los jóvenes hacedores de la acción popular y el tuyo como fuente de inspiración.
Asimismo la respetuosa propuesta radicaría en solicitar a estos jóvenes estudiantes, que pensaran en la posibilidad de elaborar una acción de tutela cuyo propósito ahora sería la salvación del Archivo Histórico del Magdalena. Se trata del archivo más importante del área del Caribe por su documentación, pero que gracias a la desidia de las administraciones locales, igual a como actuaron cuando se les solicito el rescate de la sede de la Sociedad Bolivariana, se está perdiendo en los cuartos del antiguo hospital San Juan de Dios, donde se encuentran tirados y sometidos a la humedad de las aguas lluvias que se filtran por sus techos. La misma situación que vivía la Sociedad Bolivariana que se caía a pedazos antes de su hermosa restauración. Esta sería una maravillosa manera de pagar una deuda moral que la  Universidad Sergio Arboleda tiene con el Archivo Histórico del Magdalena.  Santa Marta, y en este caso también el Magdalena, tampoco tendrían, como ahora, con qué pagarles semejante aporte a la cultura local y regional.