martes, 25 de marzo de 2014

Algunos colombianos tienen la mente frágil.

Por Armando Brugés Dávila.

Por estos días, el innombrable twiteó: “Oigan esta perla, UNASUR, la organización representante de la dictadura y de la tiranía en  Venezuela, donde la democracia ha sido violada, tiene que venir a vigilar las elecciones en Colombia. Nosotros no podemos aceptar eso”. Al parecer, se le olvidaron dos cositas a este señor: la primera, que ese fue un compromiso asumido por los presidentes de los 12 Estados miembros de la Unión de Naciones Suramericanas en Asamblea General, y la segunda, que ya él no es presidente de este país. Además, se olvida que ese país, en donde según él reina la tiranía y la democracia se ha violado, ha sido reconocido por la FAO y la OMS como uno de los cuatro países que sufre menos hambre en América Latina. Que si en algunos momentos hay escasez de alimentos, es porque apátridas lo sacan hacia la frontera para venderlos más caros, pero que aun así, resultan más baratos que aquí, si no, pásense por el mercado público de esta ciudad y verán la saturación de productos de contrabando procedentes de aquel país. Igualmente los avances de salud  está entre los más destacados de la región;  la UNESCO le reconoce el mérito de ser el quinto país del mundo con mayor matrícula universitaria,  la que ha crecido en un 800 %, razón por la cual su población estudiantil universitaria es superior a 2.600.000 estudiantes, y que allí se han abierto en los últimos años 11 nuevas Universidades públicas; allí el 42% del presupuesto  del Estado es destinado a inversiones sociales, razón por la cual, según datos de la UNESCO, cinco millones de personas han salido de la pobreza; el analfabetismo se erradicó y el número de maestros pasó de 65 mil a 350 mil. Si lo anterior no fuera suficiente,  allí se han dado 19 procesos electorales, contando con uno de los sistemas electorales más confiables del mundo. En la sola capital, existen más de cinco canales privados de televisión  y no recuerdo el número de periódicos también privados, que le viven diciendo al gobierno hasta de lo que va a morir, situación que en su gobierno no se vio y de ello pueden dar fe los periodistas Daniel Coronel, hoy director y vicepresidente de noticias Univisión y columnista de Semana; Ignacio Gómez, Holman Morris, Fernando Garavito, quien muriera en el exilio en un extraño accidente en México y Ricardo Vélez, de quien se supo, durante una conferencia de prensa realizada en la Universidad Externado de Colombia, terminó en el exilio de celador en un lavadero de autos en Estados Unidos.

En aquel país no se han presentado delitos de cohecho como el que se presentara en éste con el caso de la yidispolitica, que permitió la reforma constitucional que dio vía libre a su reelección como presidente. Mucho menos se han dado casos de seguimientos ilegales a magistrados y miembros de la oposición, con el único propósito de desprestigiarlos ante la opinión pública para su provecho político. Los golpistas de allá, gozan de prebendas aquí, no sólo en centros universitarios sino también en medios de comunicación privados como la U.S.A. y NTN24 de RCN. Ahora ni qué hablar de los mal llamados falsos positivos, que no fueron otra cosa que ejecuciones extrajudiciales de civiles, que al parecer servían para mostrar resultados. Sucesos éstos, que en los últimos días  han vuelto a removerse por declaraciones dadas por algunos paramilitares que han comenzado a hablar sobre la vinculación directa de políticos y militares de alto turmeque y rango, en estos tristes sucesos de nuestra historia nacional. Tampoco se han dado allá hechos tan vergonzosos, como aquel  que dio motivos para que el presidente del vecino país del Ecuador, en su discurso en la XX Cumbre del Grupo de Rio, dirigiéndose a él, le dijera: “Presidente…, su insolencia indigna más al pueblo ecuatoriano que sus bombas asesinas”.
Gústele o no a muchos, la UNASUR es el primer peldaño, un paso gigante dado por América Latina y el Caribe en procura de su independencia política y económica, suceso al que no puede dar la espalda ningún ciudadano de este continente con visión de futuro y responsabilidad histórica. Es la materialización de un sueño inconcluso, que se abre como realidad cual crisálida de mariposa en el Universo de los tiempos.



sábado, 15 de marzo de 2014

La moral evoluciona con los tiempos y necesidades humanas al igual que la política.


Por Armando Brugés Dávila.

En la época del Imperio Romano la esclavitud era moralmente buena, hoy día nos resulta éticamente aberrante. La moral o la ética, como la queramos llamar, para bien o para mal, son tan relativas como la mente humana que la creó. Veamos el caso por ejemplo de los aborígenes Sirionó del alto Amazonas, en la república pluricultural de Bolivia. Se trata de un grupo que fue avistado por primera vez en 1693. Se dice que los Jesuitas los llegaron a capturar en sus misiones. También que por los años 20 del siglo pasado muchos de ellos incluidos niños y mujeres fueron esclavizados por hacendados de la zona. Hoy día quedan unos 800   quienes gracias al gobierno de Evo Morales no sólo tienen estatus de ciudadanos si no también tierras, unas 63.000 hectáreas le fueron cedidas por el gobierno. Es más, su Asamblea Comunitaria  cuyo nombre es “Consejo del pueblo Sirionó” hoy día está afiliada a la Central de Pueblos Indígenas de Bolivia y su lengua es una de las oficiales del país  andino. Sin embargo por razones aparentemente inexplicables para nosotros los “civilizados”, estos aborígenes no tienen inconveniente en hacer el amor en público. Práctica que nuestros patrones socioculturales no solo rechazan si no que castigan severamente con multa y cárcel. Pero el cuento de esta tribu resulta más curioso aun cuando nos dicen que en cambio su vergüenza es infinita si son sorprendidos comiendo en público, más aún, por la misma razón pueden ser castigados severamente por el grupo.
Por estos días leía que un psicólogo evolucionista estadounidense de nombre Doug Lisle  expone una teoría según la cual en el mundo animal existe un sistema que él denomina La Tríada Motivadora, referida a la fundamentación biológica de la conservación de las especies. Se trata de un trio de mecanismos biológicos con que la naturaleza ha dotado a  las criaturas vivientes para garantizar su supervivencia y la transmisión de sus genes a todas sus generaciones. El primer elemento de dicha tríada es la “Búsqueda del Placer”, que implica comida y sexo; el segundo es “Evitar el Dolor”, ya que su presencia es señal inequívoca de problemas y el tercero es “Hacer Todo con el Menor Esfuerzo”, porque a mayor esfuerzo mayor gasto de energía y esta debe conservarse al máximo, como forma de conservar la vida. Su importancia va en un orden de mayor a menor, de allí que la primera abarque dos aspectos cruciales de la supervivencia; primero el placer que genera el alimentarse, sin alimento ningún ser vivo puede sobrevivir y en segundo lugar el placer que se obtiene durante la cópula acto con el que se garantiza la existencia futura de la especie. De aquellas dos posturas cuál será la correcta?  Sólo el futuro lo sabría y este no existe. Igual sucede con la política, otra creación humana y por tanto sometida a las leyes de la relatividad, en ella lo que ayer fue correcto, la monarquía por ejemplo, hoy es cuestión de desadaptados, pero como van las cosas la humanidad está tomando un rumbo sumamente peligroso para la democracia, máxima expresión de administración social humana. Cuando se crearon las Naciones Unidas, por ejemplo, se dijo que su propósito era evitar las guerras mediante la participación igualitaria  de las partes, pero allí mismo se creó el Consejo de Seguridad con su odioso veto y se acabó con el fundamento “democrático” de dicha organización. Allí se abrió una brecha de insospechables consecuencias, similar a la que se ha abierto con la dictadura de los alimentos a que nos tienen sometidos las transnacionales productoras de los mismos. Ojalá los pueblos reaccionen antes que sea demasiado tarde, está de por medio la existencia misma de la especie.





lunes, 3 de marzo de 2014

Cuidado con lo que comemos.

Por Armando Brugés Dávila.

En estos días me topé con un artículo de la española Agnés Meléndez Díaz, haciendo referencia al Glutamato de Sodio o Glutamato Monosódico, conocido también como GSM o GMS, pero que en las etiquetas de los alimentos aparece también como aromatizante, potenciador del sabor, Accent, Aginomoto, Suavizante Natural de Carnes, Caseinato de calcio de gelatina, Proteína vegetal hidrolizada, Proteína Texturizada, Glutamato monopotásico, Fitoproteína hidrolizada (HPP), Extracto de levadura, Glutamato, Fitoproteína Autorizada, Alimento o alimento de levadura, Ácido glutámico, Caseinato de sodio, Levadura Autorizada, Extracto de proteína vegetal, Senomyx (extracto de trigo etiquetado como saborizante artificial), Caldo en Polvo (Knorr), Condimentación o Saborizante natural (V8 Splash de Campbell´s), Concentrado o aislante de proteína, Maltodextrina (Power Ade), y Malta de cebada, entre muchos otros, o con la letra E y tres números: E620, E621, E622, E623, E624, E625,E627, E631, o E635, los cuales según informan distintos investigadores vienen a ser la misma cosa. Se trata de una sustancia química que se le viene agregando a los alimentos procesados,  sin estudio alguno que respalde sus bondades alimenticias para la salud humana. En amplios sectores del mundo científico es considerada como una sustancia excitoxica, neurotóxica, altamente adictiva y que puede llegar a ser mortal. Pero al igual que el azúcar que sacan del maíz conocido como “jarabe de maíz de alta fructosa” y que es también altamente nociva a la salud, está legalizada no obstante ser  la causa de adicciones indiscriminadas a cierto tipo de alimentos envasados tales como salsas, frituras, dulces, pollos, bebidas saborizadas,  o no, lácteos y muchas otros alimentos procesados. Pero entonces, por qué las utilizan? Porque producirlas resulta muy barato y son saborizantes espectaculares, pero más importante aún para los productores de alimentos es, que como cualquier otra droga, su gran capacidad de adicción les garantiza a futuro un mercado cautivo FABULOSO para mantener sus ganancias en permanente ascenso sin importarles las consecuencias letales que para sus clientes implica el consumo de los mismos.
A decir de los entendidos el Glutamato Sodico, como todos los de su especie tienen la particularidad de excitar a las neuronas y células gustativas, magnificando el sabor de los alimentos y haciendo que las primeras se disparen rápidamente para después morir repentinamente.
Nos cuenta Meléndez Díaz que fue en 1907 cuando un quimico japonés, aisló el acido glutámico de la alga kombu, utilizada en la cocina tradicional  japonesa y le puso el nombre de umami. Producto este que en los años 60 se hizo popular como sazonador con la marca AJINOMOTO, el cual se usaba como sal en todos los alimentos, pero tuvo que ser retirado del mercado al descubrírsele su alto poder cancerígeno. Pero igual lo siguieron utilizando combinado con otros aditivos para sazonar alimentos industrializados.  

Científicos como Nahale, Backman y Meléndez Díaz, aseguran que el Glutamato provoca desórdenes mentales como el autismo, depresión, ansiedad, Alzheimer, fatiga crónica,  diabetes, esterilidad, impotencia sexual, enfermedades cardiovasculares, tensión arterial y cáncer. Todo en la mayoría de los casos dependiendo obviamente de la predisposición genética de las personas.
Este adictivo tiene una relación directa con la pandemia de obesidad que vive el mundo occidental, su uso incide en que cada vez nos hagamos más adictos a una serie de alimentos con alto valor calórico que al llegar al organismo se transforman en grasa razón por la cual el número de obesos es cada vez mayor en el planeta y con ellos el aumento de enfermedades cardiovasculares, diabéticas, cancerígenas, etc.
Como lo he venido sosteniendo no se trata de no morir, ello afortunadamente es inevitable, de lo contrario la especie hubiera desaparecido hacia mucho rato, se trata de vivir con la mejor calidad de vida posible. Evitando de esta manera muertes lentas y dolorosas que no tienen razón de ser. Ya se dice públicamente que a las transnacionales farmacéuticas, para sus grandes utilidades, sólo le sirven los enfermos, los sanos y los muertos no juegan para nada. Lo  que tiene sentido para ellos es que al sano se le debe enfermar y mantenerlo en ese estado de recuperación y recaída porque así es como produce ganancias.