viernes, 1 de septiembre de 2017

La internacionalización de la Amazonia.


Arsada
Por la Caja de Pandora, conocida como Internet, llegó a mis manos, por intermedio de un amigo muy especial, un documento realmente interesantísimo por su contenido sociopolítico.

El mismo hace referencia a una intervención del, en ese entonces ministro de Educación de Brasil, Cristóvão Buarque, y publicada en 2008 en los medios estadounidenses y europeos, pero que en Latinoamérica fue totalmente ignorada. Su importancia es tal que aun hoy día resulta vital, ahora que los Estados Unidos muestran un interés descarado por apropiarse de la Amazonia.

Resulta que un miembro de la delegación estadunidense en la ONU le solicitó al ministro mencionado, que a él le gustaría que, como humanista más no como brasilero, le dijera qué pensaba sobre la internacionalización de la Amazonia. 

La  respuesta fue efectivamente la de un humanista excepcional.
Para comenzar su intervención en aquel recinto, manifestó que como brasileño consideraba que aun corriendo el riesgo de la degradación ambiental como consecuencia del descuido de sus gobiernos, la Amazonia era brasileña.

Seguidamente señaló que, en caso de que desde una ética humanista se le internacionalizara, se debería hacer lo mismo con las reservas de petróleo del mundo, dado que el mismo era tan importante para el bienestar de la humanidad como lo podría ser la Amazonia para esa misma humanidad, señalando que igualmente el capital financiero de los países ricos debería ser internacionalizado, porque si la Amazonia era una reserva para todos los seres humanos, no se debería incendiar solamente por la voluntad de un dueño o de un país.

Prender fuego a la Amazonia resultaba tan grave como lo era el desempleo provocado por las decisiones arbitrarias de los especuladores globales. Permitirlo sería aceptar que las reservas financieras sirvieran para prender como leños países enteros en la voluptuosidad de la especulación, aprovechando que era el momento en que las Naciones Unidas realizaban el Foro Del Milenio, durante el cual algunos presidentes de países participantes tuvieron dificultades para ingresar a aquel país, debido a situaciones desagradables surgidas en la frontera de los EE.UU.

Señaló que, Nueva York como sede de las Naciones Unidas, también debía ser internacionalizada. En su criterio, Manhattan debería pertenecer a toda la humanidad al igual que París, Venecia, Roma, Londres, Río de Janeiro, incluso Brasilia… ya que consideraba que cada ciudad, con su belleza específica, su historia del mundo, debería pertenecer al mundo entero.

Pero igual manifestó que debían ser internacionalizados los grandes museos del mundo: El Louvre por ejemplo no debería pertenecer solo a Francia. Cada museo del mundo era el guardián de las piezas más bellas producidas por el genio humano, señalando el hecho absurdo que no hacía mucho tiempo, un millonario japonés había decidido enterrar, junto con él, un cuadro de un gran maestro; por el contrario, ese cuadro tendría que haber sido internacionalizado.

Ahora, que si de lo que se trataba con la internacionalización de la Amazonia era evitar a futuro miles de muertos en el planeta por la destrucción de la misma en manos de los brasileños, entonces sería muy bueno que se internacionalizaran todos los arsenales nucleares, solicitando no olvidar que fueron ellos, los estadounidenses, los únicos capaces de usar esas armas, provocando una destrucción miles de veces mayor que las lamentables quemas realizadas en los bosques de Brasil.

Y por último, señaló este estadista suramericano en aquel foro, que como humanista aceptaba defender la internacionalización del mundo, pero que mientras el mundo lo tratara como brasileño, lucharía para que la Amazonia fuera brasileña.