Armando Brugés
Dávila.
Por estos días WordPress.com dio a
conocer que la prestigiosa
aseguradora Lloyds, contrató a una consultora
líder a nivel mundial en gestión de riesgos, la Risk Advisory Group, para a un
estudio al respecto a nivel planetario. Los resultados son escalofriantes:
advierte el estudio que la preocupación de las elites financieras no es
infundada, dado que el descontento, los abusos y la desigualdad, representan
una dimensión muy importante de riesgo político que puede provocar disturbios
masivos en todo el mundo y culminar en una especie de pandemia de disturbios
civiles en todo el planeta. Lo curioso es que no se habla de acciones
terroristas sino de disturbios civiles no especificados que serán cada vez más
frecuentes y el efecto de contagio cada vez más rápido y potente.
Al parecer los
hechos parecen darle la razón a la consultora de riesgos: En el 2010 aparece la
llamada Primavera Árabe; en mayo del 2011 en España se produce el llamado
Movimiento de los indignados (Movimiento 15-M); luego el 17 de septiembre del
mismo año otro movimiento estalla en Estados Unidos (Usamérica) conocido con el
nombre de Occupy Wall Street y resulta de tal magnitud que se dice desnudó la
realidad usamericana.
El
sociólogo francés Albert Ogien, señala que se está ante una nueva forma de acción política consistente en la ocupación de lugares
públicos, que ha resultado tan reconocida que comienza a ser igual de utilizada
como la huelga, la manifestación, el sit-in, el motín.
Pero volviendo al tema ahora la cuestión es más
seria por venir de donde viene: Francia. Para nadie es un secreto que cuando
las trompetas de la insurrección suenan en Paris, occidente tiembla. El movimiento
que surge allí se conoce como el Nuit debout (noche en pie) y se configura nada
menos que en la Plaza de la República de París, apenas el 31 de marzo de este
año, inicialmente contra la Ley del Trabajo que la acaba imponer por decreto,
esto es, sin aval parlamentario, el gobierno “socialista” de François Hollande.
Pero lo que comenzó como una simple
protesta se ha ido transformando poco a poco en algo realmente impresionante,
extendiéndose en 30 ciudades de Francia, cuatro españolas, dos belgas (Bruselas
y Lieja), una alemana (Berlín), en
Portugal (Lisboa). Ahora planea salir de Europa invitando al resto del planeta
a la creación
de un espacio de convergencia de lucha en contra de la precariedad,
la imposición de los mercados financieros, la destrucción del entorno, las
guerras, el militarismo, y la degradación de las condiciones de vida. Así como
también protestar contra la austeridad, los bajos salarios y el desempleo; y en
favor de la justicia y la democracia. En su criterio ya no es el momento de indignarse en
solitario en una esquina, sino de actuar juntos, aduciendo con toda la razón
del mundo que representan el 99 % por lo que tienen la capacidad de actuar y de
rechazar definitivamente a los del 1 % y su mundo, desalojando su poder de
decisión de las ciudades, de los lugares de trabajo y por ende de sus vidas. Para ello invitan
el 15 de mayo a una #GLOBALDEBOUT. El movimiento avanza de tal manera
que en menos de diez días han logrado 50.000 “Me gusta” y sus seguidores en Internet
suman más de 130.000.
Albert Ogien señala
que se trata de una forma moderna de acción política, fuera de partidos, fuera
de sindicatos, sin jefe, sin programa, que dice "discutimos entre ciudadanos
sobre lo que hay que hacer". Por lo que lo considera “como algo novedoso
en Francia”, la misma que encendió la llama que arrasaría con las monarquías en
occidente con su: “Allons enfants de la Patrie”.
Qué sucederá este
sábado en el mundo, especialmente en Europa, lo sabremos en la medida que avancen
las manecillas del reloj. Recordemos que París le lleva a Bogotá siete horas de
adelanto en el huso horario y allá precisamente comienza el baile.
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