Armando
Brugés Dávila.
Un examen minucioso de este titular nos permite concluir que
se trata de la manifestación vehemente de un sentimiento colectivo,
consecuencia de una aflicción extrema. Y esto es exactamente a donde apunta la intencionalidad
del mismo.
En varias ocasiones he tenido oportunidad de referirme a tan
absurda situación, pero todo ha sido inútil. En este caso pareciera cumplirse a
plenitud el adagio popular que dice: A palabras necias oídos sordos. Pero a
contravía de la tozudez de los hechos, en este caso las palabras no son necias
ni los oídos sordos.
Precisamente, el domingo pasado en un artículo titulado “Así
se están muriendo algunos archivos en Colombia”, la revista Semana denunciaba
que el investigador Olmo Uscátegui, consultando el Archivo Histórico del
Magdalena Grande para su tesis de maestría en Antropología Social, y
averiguando en el periódico El Estado de 1920 sobre el papel que jugaron las
empresas bananeras en las primeras tres décadas del siglo XX en Colombia, se
encontró con sorpresa que varias de esas noticias estaban destrozadas en bolsas
de basura. ¡Qué vergüenza!
Decir que contamos con el archivo histórico más completo del
Caribe, no es una necedad, es una
contundente realidad; que partes del mismo se han perdido ante la desidia de
las administraciones departamentales, no es nada nuevo; y peor aún, y esto lo
desconoce la revista, ahora se rumora que delincuentes, ya no de cuello blanco
sino irisante con acceso a los mismos, lo están vendiendo a pedazos. Valdría la
pena que esto se investigara. ¿Qué nos pasa a los samarios? ¿Por qué tanta
displicencia ante todo lo que tenga que ver con nuestra cultura histórica?
¿Será que tendremos que pasar por la vergüenza de pedirle el favor a España
para que nos rescate semejante riqueza archivística? ¿Dónde está el Banco de la
Republica que tanto se ufana de la labor cultural que desarrolla en el país? La
cultura no es sólo música y oro, también es documental y nosotros la tenemos y
de primera calidad. ¿Qué han hecho o dicho los ediles al respecto?
De otra parte, contamos con dos edificaciones monumentales
para concretar un proyecto de esta
naturaleza: el Liceo Celedón y la Escuela Industrial. Sé que algunos amigos
insisten en la remodelación de ambos para que allí sigan funcionando las
instituciones educativas. Personalmente considero que se trata de una posición
en la cual prevalece la añoranza, la que muchas veces hace atender
desmedidamente al propio interés de grupo, llámense liceístas o
industrialistas, olvidándose del interés por el desarrollo de otras
manifestaciones culturales de la mayoría. Espero no se me malinterprete como
enemigo de la educación y mucho menos de la estatal. Debemos tener claro que
los tiempos cambian y que en este caso ni la ubicación ni la estructura escolar
de ambas edificaciones corresponde a las necesidades urbanísticas y pedagógicas
de los nuevos tiempos. Así de sencillo.
De este requerimiento no escapan ni la Academia de Historia
del Magdalena ni la Sociedad Bolivariana del Magdalena, las cuales deberían
hacer un sólo frente para asumir con decoro y coraje, esta batalla por la
defensa de lo que podría ser el más importante proyecto cultural del siglo XXI
para la ciudad de Santa Marta.
Tampoco es que los oídos sean sordos, lo que pasa es que no
hay peor sordo que el que no quiere oír; el problema radica en que este tipo de
gestiones no genera votos ni mermelada
abundante, razón por la cual los que sabemos no le ponen interés. Lo del Banco
de la República sigo sin entenderlo, pero supongo que sus razones tendrán.
Como decían las abuelas, dejémonos de tanta morisqueta y
tengamos claro que aquí nadie tiene derecho a escurrir el bulto, todos tenemos
la obligación ética de entrompar el problema y poner el grano de arena que
contribuya a la concretización del proyecto cultural más ambicioso de los
últimos tiempos.
La oportunidad no puede ser mejor, ad portas tenemos la
celebración de los 500 años de la fundación de la ciudad y éste sería otro
estupendo regalo para la ciudad en su efemérides.
Hola
ResponderEliminarHa sido precisamente el Área Cultural del Banco de la Reública en Santa Marta, la instancia que más ha hablado del tema, se ha preocupado de ello. Escucha acá:
http://www.agendasamaria.org/wp/2013/07/los-archivos-y-la-memoria/
Y Luego las acciones del Archivo General de la nación:
http://www.agendasamaria.org/wp/2016/02/archivo-general-de-la-nacion-mas-cerca-de-santa-marta/
Saludos