Por
Armando Brugés Dávila.
La Unión Europea fue un hecho que los bolivarianos en
Suramérica y el Caribe llegamos a mirar con envidia y nostalgia. A muchos no
nos cabía en la cabeza que un continente con tantas diferencias culturales e
incluso económicas como el europeo, hubiese alcanzado lo que en su momento fue
el sueño de Simón Bolívar, con relación a la América del Sur. Lo teníamos todo
para lograrlo; una misma lengua, una misma religión y un mismo deseo de
independencia, pero nos quedó grande la tarea.
Hoy día, la unidad europea, cuyo proceso se inició
hace 60 años, se encuentra al borde del colapso debido a que los países
integrantes, en su loco afán de hacer creíble el dogma del neoliberalismo, no
tuvieron más opción que tomar de la misma medicina con la que nos hicieron
atragantar a los latinoamericanos décadas atrás. Estados Unidos por su parte,
se agarra de los pelos ante la posibilidad de un desplome la UE. Grecia los
tiene a todos al borde del infarto. Incluso algunos estados de la comunidad
piden la salida de Grecia de la zona euro; España e Italia parecen caminar
inexorablemente hacia una hecatombe debido a la falta de trabajo; el FMI
considera que el Reino Unido tiene un bajo crecimiento y un cada vez mas alto
desempleo; incluso ya se habla de una posible recesión en Estados Unidos, todo
lo cual está produciendo una incertidumbre que tiene enloquecida a la economía
occidental, hasta ahora fundamento del sistema económico mundial.
Pero para fortuna nuestra, en América del sur hace 10
años se viene concretando el sueño de nuestros libertadores y UNASUR, la integración de 12 países de
Suramérica, es una buena muestra de ello. Por estos días los representantes de
Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú, Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay, Chile,
Venezuela, Guyana y Surinam, se reunieron en Caracas con el propósito de
adoptar un tratado energético de la región con miras a lograr una mayor y mejor
complementariedad económica en procura de un desarrollo sustentado en la
justicia social. Como bien lo dijera la colombiana María Emma Mejía, secretaria
general del organismo, se trata de la región más rica energéticamente hablando
del mundo, lo que nos convierte en una potencia de reserva mundial. En dicho
consejo se determinaron algunos puntos de trascendencia, a saber: Se reiteró el
derecho soberano de los países miembros al manejo de sus recursos naturales; se
acordó la constitución de un grupo especializado para darle un contenido
normativo concreto a la estructura del Tratado Energético del bloque regional;
se propuso crear todos los mecanismos para regular de forma conjunta el libre
tránsito de energía; se programó para realizar, en Caracas el primer encuentro
de empresas nacionales de petróleo y gas y en Bogotá el primer encuentro de
empresas nacionales de electricidad.
Como bien lo dijera María Emma, los latinoamericanos
conocemos más a Estados Unidos que a nuestros propios países. Ya al interior de
Unasur se tenía claro que, como hace
doscientos años, seguíamos con los mismos problemas de conectividad, por lo
cual en la reunión de Caracas se presentaron unas 700 propuestas en este
sentido, de las cuales 32 fueron seleccionadas, cuyo valor alcanza los 13.700
millones de dólares. Entre las que se pueden destacar: El corredor vial
Caracas-Bogotá-Quito, por un valor de 3.350 millones de dólares; el corredor
ferroviario y oceánico Argentina-Brasil-Chile-Paraguay, con un costo de 900
millones de dólares; la carretera que unirá el noreste de Argentina con el sur
de Bolivia, con un costo de 1.000 millones de dólares; así como también el túnel
binacional entre Argentina y Chile, con un costo de 850 millones de dólares.
Dicha financiación está casi que totalmente asegurada a través del Banco del
Sur, la Corporación Andina de Fomento y los aportes de los países
beneficiarios. Esto sí es integración. Por fin el sueño de Bolívar comienza a
concretarse. Quién lo creyera, la hasta hace unos años considerada Cenicienta de la
economía planetaria, hoy aparece como la primera potencia energética del mundo
y comienza a levantar vuelo como el ave Fénix. Ojalá las bombas imperiales se
lo permitan.
Amigo Armando,gracias a Dios el tirapiedras de Uribe sele aparto del camino.
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