Arsada.
Esta fue la pregunta que me hice cuando leí la
declaración que hiciera el
estadounidense Warren Edward Buffet, al New York Times, el 26 de
noviembre de 2006, y que al parecer no
causó la conmoción que se suponía causaría en su momento.
El señor en cuestión, es el mismo que la famosa
revista Forbes declarara el año próximo pasado como el tercer hombre más rico
del mundo, detrás de su compatriota Bill Gates y del español Amancio Ortega. El
órgano especializado calcula su fortuna
en 60.800 millones de dólares, pero que además de millonario tiene una
sospechosa fama de ser tacaño a morir; todo pareciera indicar que lo que le
gusta del dinero, es el poder que genera.
En aquella oportunidad, a este exponente del
capitalismo mundial no se le cimbraron sus neuronas para manifestar con una insolencia poco usual entre su gremio, la siguiente sentencia lapidaria: “Claro
que hay lucha de clases, pero es mi clase, la de los ricos, la que ha empezado
esta lucha. Y vamos ganando.”
Y míster Warren Edward Buffet, tiene toda la razón
del mundo. Las estadísticas e informes mundiales para el año 2016, así lo confirman. Comencemos por decir que la
población planetaria es aproximadamente de 7.310 millones de
habitantes, de los cuales el 1% más rico controla la mitad de la riqueza
mundial. La mitad más pobre de la población del mundo dispone de un poco menos
del 1% de dicha riqueza, mientras que el 10% más rico posee el 88% de la
totalidad de la riqueza mundial.
De
acuerdo a revistas especializadas como Wealth-X y UBS, contra toda lógica, a partir de 2009 el número de millonarios
creció en un 81%. Más interesante aún resulta saber que un 0,334% de la población mundial, esto
es, un aproximado a 16,6 millones de personas, posee cerca de 77 billones de
dólares; estamos hablando de una cifra cercana al producto interno bruto
mundial.
Pero
estos especialistas llegan a una conclusión mucho más dramática, en el sentido
de señalar que el 0,004% de la población del planeta, esto es, cerca de 211.275 millonarios, son dueños
del 12.8% (unos 29.7 billones de dólares) de la riqueza planetaria, en tanto
que los multimillonarios, que no son más de 2.325, resultan siendo los dueños de
7,3 billones de dólares.
De
acuerdo a los informes de los expertos, a partir del cambio de siglo la mitad
más pobre del planeta ha recibido solo el 1% del total del aumento de la
riqueza mundial, mientras que la mitad de dicho aumento ha terminado en manos
del 1% de la población planetaria (léase multimillonarios, millonarios y otros
menos ricos que en el mundo existen).
Mientras
lo anterior sucede en el alto mundo del capitalismo salvaje, en donde prima la
producción irracional y el poder de la paz romana, una organización como las
Naciones Unidas declaran que en este mismo planeta, 780 millones de personas no
cuentan con acceso al agua potable, al igual que 2,5 millones carece de acceso
a los servicios básicos de saneamiento.
Y
como si lo anterior no fuera suficiente para avergonzarnos como especie,
informan también que cada año, 3.500.000 niños mueren en este planeta de pura y
física hambre.
Pero
con todo y eso, en mi concepto, la trascendencia de la declaración del señor Warren Edwar Buffet, radica en que nunca
antes los ideólogos del capitalismo, ni sus generales de producción y mucho
menos sus chupa medias de siempre, habían aceptado públicamente la realidad de un concepto
como el de la lucha de clases; para ellos, eso no era más que una entelequia de
una izquierda resentida, llena de odios y envidiosa.
Se trató de una
expresión desconcertante, por no decir desatinada y poco afortunada, por la
sobrades manifiesta de su contenido, pero que dice muy a las claras lo que se
vendrá de aquí en adelante.
Estimado Armando, desde un escenario perfectamente individual, considero que estas expresiones del magnate gringo Warren Buffet, como propias de estos personajes convertidos en evidentes estereotipos de la preponderancia y la opulencia, producto o como consecuencia de serias deformaciones en sus plataformas cognitivas, cuyos sistemas de comportamiento demuestran y afirman arrogantes estructuras mentales elitistas, clasistas y ademas antisociales. Cordial Saludo
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