jueves, 26 de abril de 2012

Armando Brugés Dávila.
De qué democracia hablamos?

El presidente de Bolivia en una de sus muchas declaraciones durante la VI Cumbre de las Américas dijo que era una lástima que ante la solicitud de invitar a Cuba, la petición fuera invalidada por “país y medio”, refiriéndose a Estados Unidos y Canadá. Llamó mi atención que se hablaba de 34 países asistentes y decidí investigar a qué se podía estar refiriendo el hasta ahora único mandatario indígena en el continente.

Lo primero que hice fue irme a las fuentes; la OEA y la Carta Democrática Interamericana. En la primera se dice que uno de sus propósitos es promover y consolidar la democracia representativa dentro del respeto al principio de no intervención. Allí no se habla de exclusión por ningún lado. La segunda fue aprobada en la Asamblea General de la OEA, realizada en Lima el 11 de septiembre de 2001, actuando como Secretario General  Cesar Gaviria  Trujillo. Allí en su primer considerando se reitera el compromiso de la OEA  a la promoción  y consolidación de la democracia; de igual manera considera que la solidaridad y la cooperación de los Estados americanos requieren la organización política de los mismos sobre la base del ejercicio efectivo de la democracia representativa… pero además, en su artículo primero sostiene que “los pueblos de América tienen derecho a la democracia y sus gobiernos la obligación de promoverla y defenderla porque ella es esencial para el desarrollo social, político y económico”, y en su artículo segundo se dice además que “la democracia representativa es la base del estado de derecho y los regímenes constitucionales de los Estados Miembros de la Organización de los Estados Americanos. La democracia representativa se refuerza y profundiza con la participación permanente, ética y responsable de la ciudadanía en un marco de legalidad conforme al respectivo orden constitucional”. Estamos ante el documento bandera con el cual se mantiene a Cuba por fuera de las Cumbres de las Américas, no obstante haber tenido que reconocer la OEA el gran error cometido al expulsar al país caribeño, lo que la obligó mucho tiempo después a recibirla nuevamente en su seno.

Pero siguiéndole la pista a lo manifestado por el presidente boliviano, y volviendo al tema, me encontré con que Canadá, es una MONARQUÍA constitucional, perteneciente a la Commonwealth  (Mancomunidad británica). Su sistema político imperante es el de Westminster, el mismo que estableció el parlamento británico mediante el Acta constitucional de 1867, reformado en 1931 mediante el estatuto del mismo nombre con el cual se le reconoció la autonomía al Canadá, pero dejando claro que cualquier cambio que se le quisiera hacer a la Constitución debería contar con la aprobación del parlamento británico. Actualmente la Reina Isabel II de Inglaterra lo es también de Canadá y por lo tanto su Jefe de Estado, es decir la máxima autoridad del poder ejecutivo canadiense, así reza en su Constitución. Más no es responsable del gobierno. La reina nombra un Gobernador General que la representa y ejerce el poder en su nombre, su cargo no tiene límite establecido. Éste a su vez nombra al Primer Ministro y a los miembros del Senado,  quienes permanecen en el cargo hasta que dimiten o son retirados por el Gobernador General. Curiosamente los partidos políticos están considerados como organizaciones privadas y no se mencionan en la Constitución. Sólo los miembros de la Cámara de los Comunes son elegidos popularmente.

Igual sucede con Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Belice, Grenada, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas y Santa Lucía, todas ellas hacen parte de la Mancomunidad Británica o Commonwealth, es decir, todas ellas son simple y llanamente monarquías, llámense constitucionales o como quieran llamarlas, pero MONARQUÍAS, formando parte de la OEA como Estados independientes.  Ante semejante hecho, la pregunta obvia es por qué Cuba no puede estar en la cumbre de las Américas, si en el seno de la misma se encuentran monarquías, esto es, sistemas no democráticos? El sistema político cubano se  define como una democracia popular. Por constitución no debe ser, puesto que Cuba tiene una. Incluso Canadá en su constitución no reconoce a ningún partido político. Entonces, de qué democracia hablamos?

Pero existe otra perla y es la siguiente: Mientras todas estas colonias disfrazadas de monarquías constitucionales, son reconocidas cada una de ellas como estados libres y soberanos y como tal participan en la OEA, con Puerto Rico no sucede lo mismo. Este Estado Libre Asociado con USA o Commonwealth de Puerto Rico, no forma parte de los 35 Estados que conforman la Organización de Estados Americanos. El tratamiento pareciera más de una colonia que de un estado asociado. Ahí se las dejo.

martes, 10 de abril de 2012

BRICS: Una economía emergente con liderazgo.

Por Armando Brugés Dávila.

Hace pocos días se reunió en la capital de la India el BRICS. Algunos años atrás Golman Sachs, uno de los grupos de inversión más grandes del mundo, manifestó que el potencial económico de Brasil, Rusia, India y China con sus, casi tres mil millones de habitantes y sus aproximados 38 millones y medio de kilómetros cuadrados de territorio, bien podría convertirlos en el año 2050 en las cuatro grandes economías dominantes. Y quién dijo miedo. El mensaje fue captado de inmediato por los cuatro países emergentes y tras una serie de reuniones terminaron conformando el Grupo BRIC. Pero se preguntarán y cómo es el cuento de la S, pues esta letra identifica a un quinto miembro al que ellos consideraron de capital importancia no obstante que su economía equivale a un cuarto de la economía rusa, su población es apenas de 50 millones de habitantes y su crecimiento es del 3% que resulta muy bajo frente al 8 y 9% de los restantes. Según los expertos desde este punto de vista no tendría sentido su inclusión, pero y nunca falta el bendito pero, vista como la representación del continente africano, el asunto es a otro precio. La prestancia de Sudáfrica al interior del continente es indudable y si a esto se le agregan los intereses particulares que cada uno de los otros miembros tiene por aquellos territorios, sí que se ve más claro el asunto.
Esta ha sido la cuarta cumbre realizada por el grupo, esta vez presidida por Dilma Roussef de Brasil, y en la que estuvieron presentes Hu Jintao, de China; Dmitri Medvédev, de Rusia y Jacobo Zuma de Sudáfrica, quienes fueron recibidos por el primer ministro de la India, Manmohan Sing. Hasta aquí pareciera no pasar mayor cosa; el problema radica en que mientras Europa se debate en una lucha casi a muerte por mantener su unidad, que pareciera en estos momentos pegada con saliva, y los Estados Unidos no encuentran la fórmula para definir sus luchas intestinas de poder, el BRICS sale a la palestra mundial hablando y pisando duro. Como primera medida, ha comenzado por pedir a las economías avanzadas que adopten políticas “responsables”. De igual manera exige reformas rápidas al interior del Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial, acciones que promuevan “relaciones de igualdad” entre países, en lugar de andar mediando “entre el norte y el sur”, señalando que el BRICS se propone crear un nuevo paradigma basado en la inclusión social, el respeto al medio ambiente y el crecimiento económico. Estas son palabras mayores. Es decir, el grupo considera como prioritario un equilibrio económico mundial, a partir de un crecimiento que genere empleo y una distribución equitativa de la renta.
Su presidenta, la brasilera Rousseff, se atrevió a manifestar que el sistema internacional ya no tiene una relación de subordinación y que el grupo como tal representa la esperanza de un orden más justo, sostenible y multilateral y que para eso se necesita un crecimiento equilibrado, una mayor inversión y un mayor consumo. Es decir se necesita aumentar la seguridad económica y social de las mayorías y obviamente una balanza comercial fundamentada en el equilibrio.
Como si fuera poco el primer ministro Singh, de la India, señaló que si bien es cierto, el modelo económico imperante ha progresado en lo que a instituciones financieras internacionales se refiere, en el aspecto político no ha habido movimiento alguno y el BRICS debería hablar como una sóla voz en asuntos tan importantes como la reforma del Consejo de Seguridad de la ONU. A esto se le llama poner el dedo en la llaga.
El grupo declaró que como países de economías grandes, estaban obligados a explorar su propia complementariedad en procura de borrar sus barreras comerciales y para ello acordaron estudiar en el lapso de un año la creación de un banco de desarrollo para financiar proyectos propios. Pero más interesante aún fue la firma de dos acuerdos de crédito, uno de los cuales valida el uso de monedas locales. Medidas muy parecidas a las implementadas por el Banco del Sur en América Latina. Amanecerá y veremos.