lunes, 27 de mayo de 2013

¡Extra, Extra, Extra!Enfermedades como el cáncer, la diabetes y las afecciones cardíacas, son evitables y curables.

Por Armando Brugés Dávila

El título de esta columna pareciera como para un día de los inocentes, pero se equivocan los lectores que así lo piensan. En efecto, hace algunos días llegó a mis manos un DVD titulado Tenedor o bisturí; por él supe de la existencia de dos estadounidenses profesionales de la medicina, quienes sin conocerse y por  motivaciones diferentes llegaron a la misma conclusión: las carnes, incluida la de mar, igual que los lácteos, los huevos y absolutamente todos los alimentos procesados, son la causa en un 99% de las enfermedades cardiovasculares, el cáncer y la diabetes. Me refiero a los galenos Colin Campbel y Caldwell B. Esselstyn, ambos hijos de granjeros y por tanto productores y consumidores desde muy niños, de carne y leche y obviamente defensores a morir de las mismas. Pero la vida les dio sorpresas y terminaron  en el campo contrario. El video me dejó conmocionado, en tanto  me percaté se trataba de una pelea similar a la  de David y Goliat, esto es,  dos humildes médicos de origen campesino enfrentados a las transnacionales productoras de alimentos, cárnicos, lácteos y procesados en general de carácter mundial. Pero no se amilanaron,  y aunque sin conocerse entre sí asumieron, cada uno por su lado, el reto con valentía y un entusiasmo que sólo la honradez científica puede generar. Su tesis era clara y contundente: la ingesta de carnes, lácteos, huevos y alimentos procesados eran  elementos claves para enfermar de cáncer, diabetes, corazón y muchas otras enfermedades azotes de la población contemporánea. En su criterio, con sólo una ingesta  alimenticia basada en  alimentos integrales, verduras, frutas y alimentos no procesados, la humanidad podía detener la pandemia actual de esas enfermedades y lo que es aún más interesante, hacerlas retroceder. Como ellos mismos manifiestan a las transnacionales farmacéuticas les producen ganacias los enfermos, los vivos y los muertos no les interesan para nada. Llamó mi atención, que en el video se anunciaba un trabajo de investigación sobre el tema que para la época estaba realizando el doctor Colin Campbel   y  un grupo de colegas, americanos y chinos, considerado como el trabajo de investigación más importante realizado en la historia de la medicina. Apenas el año pasado salió a la luz pública el libro titulado El Estudio de China, que no es sino el resumen, por llamarlo de alguna manera, de ese fabuloso trabajo de investigación realizado en territorio chino.
Como bien lo dice el autor, jamás ha pretendido gozar de buena salud con la esperanza de ser inmortal. Para él, tener buena salud significa ser capaz de disfrutar plenamente del tiempo del que disponemos. Esto es, gozar del mejor estado posible a lo largo de nuestra vida y evitar penosas y prolongadas batallas con la enfermedad. En su criterio, hay muchas formas mejores de morir y de vivir.
Cambiar de estilo de vida, esto es, dejar los filetes y los alimentos ricos en grasa, puede parecer poco práctico. Pero ante el padecimiento de una  diabetes, por ejemplo, que no es curable ni con droga, ni con cirugía, y propensa a producirnos afecciones cardíacas, derrame cerebral, ceguera o amputaciones, sin olvidarnos de las inyecciones diarias, bien vale la pena intentarlo. Si alguna entidad o persona está interesada en más detalles sobre el tema, con mucho gusto les colaboraré desinteresadamente. Mi correo es: armandobrugesdavila@gmail.com.
No se resigne a dejarse morir impunemente; la esperanza es lo último que se pierde y en estos casos lo peor que podemos hacer es no intentarlo.

martes, 21 de mayo de 2013

Los senos de Angelina Jolie.

Por Armando Brugés Dávila.

 En 1994 el mundo científico sorprendió con una noticia casi que de ciencia ficción: se habían descubierto los genes  responsables del cáncer de mama, el BRCA 1 y el BRCA 2. Según el científico T. Colin Campbell, autor de El estudio de China,  lo que se dijo en su momento fue que el riesgo de carcinoma en mama era mayor cuando se producía la mutación de estos genes, tanto en los senos como en los ovarios, en tanto que ya mutados podían transmitirse de generación en generación. La conmoción fue terrible. En los Estados Unidos miles de mujeres resultaron en las salas de cirugías en busca de la mastectomía, aterradas ante la posibilidad de sufrir la enfermedad como consecuencia de haberla sufrido su madre o su hermana. A la que obligatoriamente le sigue la ooforectomía, extirpación ovárica, que es lo más conveniente de acuerdo a esta teoría de los genes cancerígenos. Pero el asunto no termina allí; en estos momentos, madres están llevando a sus hijas adolescentes a hacerles la intervención a fin de evitarles los futuros padecimientos de tan horrible mal, teniendo en cuenta estos postulados teóricos.
Pero el mismo doctor Campbell señala: primero, que lo que no  se dijo en ese momento fue que sólo un 10.2% de la población en general, era portadora de las formas mutantes de esos genes, y que como estas aberraciones genéticas eran extrañas, sólo un pequeño porcentaje de los cáncer de mama podían ser atribuidos a una mutación de los genes BRCA1 y BRCA2; segundo,  que con toda seguridad esos no son los únicos genes que participan en el proceso y que pronto aparecerán otros; y tercero, que de acuerdo a la investigación realizada por él y su equipo de colaboradores, la sóla presencia de los genes BRCA1 y BRCA2, no son determinantes para causar la enfermedad. En su criterio, factores ambientales y nutricionales son esenciales para desarrollar o evitar la acción de dichos genes.
Vayamos ahora al nudo del problema; resulta que la compañía estadounidense MyriadGenetics, es la propietaria de las patentes de las pruebas relacionadas con dichos genes, lo cual significa que tiene la facultad de detener todas las investigaciones que tengan que ver con estos genes, pero como si esto no fuera suficiente tiene el monopolio total y absoluto para realizar  o autorizar dicha prueba, la cual tiene un costo de más de 3.000 dólares, unos seis millones de pesos. Esto fue lo que pagó Angelina Jolie, nada más por el examen; del valor de la mastectomía no se habló. De todo esto, lo que me huele mal es la invitación que la actriz hace a las mujeres del mundo en una página de opinión del New York Times, afirmando: “Espero que otras mujeres puedan aprovechar mi experiencia. La palabra cáncer todavía suscita temor en el corazón de la gente y produce un profundo sentimiento de impotencia. Pero en la actualidad es posible determinar con un análisis de sangre si una tiene una alta propensión a tener cáncer de mama y de ovarios, y luego tomar medidas”.
Para ser sincero esto no me convence; me huele a mercadeo ramplón, al punto que acaba de anunciar nuevamente a los cuatro vientos, que se va a realizar la extirpación de los ovarios. Algunos me dirán que yo por qué me meto en estas aguas si no soy ni enfermero, y tienen toda la razón del mundo. Pero lo hago porque me estoy leyendo “El Estudio de China” de T. Colin Campbell, considerado el proyecto de investigación más ambicioso en la historia de la medicina, y con lo que he leído no me queda duda que el cáncer no solo es evitable sino también curable con un simple cambio en nuestra dieta alimenticia.
A los interesados en el tema pueden contactarme armandobrugesdavila@gmail.com . Ya basta de tanta cuchilla.

 

 

 

 

 

 

jueves, 9 de mayo de 2013

Necesitamos una Venezuela más inteligente que sectaria.

Por Armando Brugés Dávila.

“No es sabio escuchar una sola de las partes”.
Había tomado la determinación de no referirme a la situación en Venezuela, por considerar que abordarlo era ingresar al complejo e irracional mundo de las emociones y no resulta nada fácil nadar en esas aguas, la mayoría de las veces tempestuosas. En aquel extraño mundo sólo existe el blanco y el negro, lo bueno o lo malo, lo demás es calumnia de la oposición, pero viendo el peligro  continental que la misma puede generar, considero un deber de latinoamericano, exponer mi punto de vista: Antes que nada, el pueblo venezolano debe mantener la sensatez suficiente para no dejarse arrastrar a una guerra interna en la que perderían todos. Irak, Libia, Siria y Afganistán, en los últimos tiempos, son buenos ejemplos a tener en cuenta. El bravo pueblo debe tener en todo momento presente, que posee la reserva petrolera más grande del mundo, lo que la hace una presa ostensiblemente apetecida de la industria mundial en general.
Desde antes de las elecciones se comenzó a hablar de fraude, incluso se encontraron camisetas con frases alusivas; no obstante Venezuela es el único país del mundo en donde se audita por ley el 54% del total de las cajas de votación. Después de las elecciones se habló de fraude pero no se hizo denuncia formal alguna, y quién lo creyera, ni se ha hecho aún a la fecha y hora en que escribo este artículo.
Realmente están sucediendo cosas en el hermano país que son como para preocupar. Decir que hubo fraude en el centro de votación Liceo Bolivariano, ubicado en la parroquia Cuica del municipio de Carachi, Estado de Trujillo, porque allí aparecieron 712 votos, no obstante el centro tener sólo 536 electores. Al menos en este caso aparentemente tenía razón, 176 votos parecían espurios. Pero cuando el Consejo Nacional Electoral explicó la situación, todo resultó siendo una perversa o infantil equivocación. Según el CNE, en ese centro de votación no había una mesa sino dos, que contaban con un total de 1066 votantes efectivos, de los cuales en una mesa votaron 536 y en la otra 176, para un total de votos de 712. Faltando por ejercer su derecho constitucional de votar 354 ciudadanos. Pero desconcierta aún más, el hecho que en ese centro ganó el candidato Capriles, quién además de no hacer la denuncia formal, sino la simple aseveración ante los medios, no se disculpa ante la opinión pública, dejando en el aire sembrada la duda y la venenosa cizaña. Hacer fraude para que gane el contrario, no tiene sentido y resulta ridículo.
Por último, el señor Capriles en un acto de fingida soberbia, envía un ultimátum, mejor dicho una amenaza al CNE, diciéndole que  si en 48 horas no daban una respuesta a sus requerimientos, los que además  no habían sido presentados oficialmente, el tomaría otras determinaciones. El CNE había determinado una reunión en 48 horas, y él lo sabía puesto que uno de los miembros de esa corporación es copartidario suyo. Reunión en la que se trataría lo relacionado con los aspectos técnicos que se tendrían en cuenta para el auditaje del otro 46%. Concedido de manera graciosa por el CNE puesto que en su dependencia no había solicitud oficial alguna al respecto. Y luego, como para sacarla del estadio, el señor Capriles, tiene el abuso de manifestar que aún con la revisión del otro 46% hecho por el CNE, solicitaría la realización de nuevas elecciones.
No se puede jugar con la estabilidad de un país de esa manera. Si algo ha mantenido a los Estados Unidos en los primeros lugares de la política mundial, por ejemplo, ha sido el respeto por la institucionalidad bajo cualquier circunstancia, lo que se vio claro cuando la contienda electoral por el Partido Demócrata en 2000 entre George W. Bush y Al Gore. Venezuela como cualquier país del planeta, merece el respeto no solo internacional sino fundamentalmente de sus nacionales, una guerra civil sería desastrosa para ellos y ellas y para América del Sur, Centroamérica y el Caribe. Algo muy grande parece moverse detrás del telón.

 

 

 

 

 

 

jueves, 2 de mayo de 2013

El Senador Excremental Locuta.

Por Armando Brugés Dávila

Para ser científico se necesita inteligencia pero para ser un intérprete de lo social se necesita sabiduria. El hecho que el senador excremental, Roberto Gerlein, acuda a textos bíblicos que la misma iglesia ha terminado por reconocer  como manifestaciones concebidas para la época, deja mucho que desear. Y esto lo hizo cuando manifestó: "El padre les dijo a Adán y Eva, creced y multiplicaos. Si la mayoría fueran homosexuales el planeta sería árido". Resolver las cosas así, aparentemente no sólo resulta descomplicado, sino también poco inteligente. Vuelvo e insisto, la comprensión e interpretación del mundo de lo social, requiere más de sabiduría que de inteligencia y más cuando esta última parece ser escasa y con visos de perversidad. Tanto así, que mientras en el mundo de la matemática dos más dos no pueden ser sino cuatro, en el mundo de las ciencias sociales un mismo fenómeno puede tener cuatro o más interpretaciones, todas lógicas y aparentemente verdaderas. Sólo el hombre sabio luego de discernir profundamente puede asumir como correcta la que a su criterio haya seleccionado; No obstante debo advertir que en esta toma de decisión, el sabio tampoco se encuentra libre de ese oscuro y complejo mundo que es su ser emocional, al cual está sometido de manera irracional, por lo que ya no resulta tan fácil hablar del libre albedrío como tal. No se asusten amables lectores: el mundo de la neurobiología avanza a una velocidad impensable a principios  del siglo pasado. Todo apunta a creer que no somos tan libres como creíamos. Que conste que no intento posar de sabio, nada más lejos de mi carácter, pero  mi discernimiento me ha llevado a pensar lo siguiente: los identificados como grupo LGBT existen desde el momento mismo en que se inicia el fenómeno de la vida en el planeta, la reproducción celular mediante la partición de la misma es una buena prueba de ello. También los encontramos entre los animales mal llamados inferiores. En la especie humana los ejemplos son infinitos, Nerón, Carlomagno, el mismísimo Lincoln y muchísimos más a quienes una sociedad machista los obligó a mantenerse en el closet, viéndose obligados a permanecer disfrazados de heterosexuales  cuando en su intimidad más profunda, sus cerebros  habían desarrollado comportamientos sexuales diferentes, lo que la neurociencia comienza a llamar cerebros femeninos en cuerpos masculinos y viceversa. Ellos no se hacen, la naturaleza los produce, luego nadie es culpable que ello suceda. Y hasta donde sabemos  ninguna persona puede abrogarse el derecho de calificar o descalificar los designios de la naturaleza.
 Mi interpretación del fenómeno apunta a que debemos tener en cuenta que el aumento de la población LGTB en el mundo, es una manera de la naturaleza de defender el planeta, porque si bien es cierto en un principio hubo tierra a granel para toda la humanidad, la tasa de crecimiento poblacional mundial hizo explotar los esquemas normales de reproducción humana y esto terminó afectándolo todo: tierra, flora y fauna. Sólo una salida es posible:  detener  la reproducción geométrica poblacional en que se encuentra empeñada la sociedad de producción consumista  a la que sólo le interesa aumentar, aumentar y aumentar cada vez más el consumo y con ello multiplicar de manera demencial sus ganancias. Tengo la impresión que la naturaleza se ha inventado esta salida del aumento de la población LGTB como forma de contrarrestar el irracional aumento poblacional en el planeta, que de no detenerse nos llevará irremediablemente a la desaparición de  la especie humana sobre la tierra.  El día llegara, si nos lo permiten los guerreristas nucleare, en que la especie humana agradecerá a la madre naturaleza haber tomado tal decisión evolutiva y a nosotros nos tocara arrepentirnos de haber intentado invisibilizar a tan importante grupo de la sociedad en aras de una moral machista que nosotros mismos nos inventamos.