Por
Armando Brugés Dávila.
Mi llegada a la Universidad Autónoma Latinoamericana,
coincidió con su momento estelar de gestación. Allí marxistas, trotskistas,
leninistas, maoístas, liberales y conservadores de la universidad de Medellín,
hastiados de la gestión autoritaria del rector Federico Estrada Vélez, se
lanzan a la huelga. Son expulsados y entonces deciden fundar una universidad en
donde la libertad de cátedra, de pensamiento y el espíritu democrático fueran
sus líneas gruesas. Y su máxima ambición, que en ella imperara el cogobierno universitario de
estudiantes y catedráticos. A esta ambiciosa intención, se sumaron estudiantes
y docentes de las universidades de Antioquia y de la Nacional. Allí llego en enero de 1.967 y me
matriculo en la facultad de Sociología, y aunque sólo alcancé a cursar cinco
semestres, lo que aprendí en solidaridad y trabajo en equipo me sirvió para
toda la vida. Los profesores eran ad-honorem, por eso los horarios eran de 6:00
am a 8:00 am y de 6:00 pm a 10:00 pm. Lo que aportaban los estudiantes por
matrícula y costos de estudios eran para gastos operativos y capitalización de
la institución. Allí se me enseño que no obstante las diferencias ideológicas los seres
humanos éramos capaces de vivir en paz.
Por eso, para mí no fue sorpresa que se hubiera
invitado a Álvaro Uribe Vélez, a disertar en tan sagrado recinto de la
democracia y de la libertad de pensamiento, no sólo de Antioquia sino de
Colombia y de América. Pero él estuvo infortunado al manifestar que:
“Tenía tres opciones; Quedarme callado…La otra opción era, una operación
militar en Venezuela." Para terminar con un desparpajo irracional: "Me faltó tiempo.” Declaración infortunada por las
consecuencias que a nivel continental tuvo la misma y porque además, coincidencialmente, al día
siguiente 9 galardonados con el premio Nobel de la Paz, emitieron una
declaración contra la guerra, solicitándole a la NBC
(Cadena Nacional de Televisión de propiedad de la General Electric, (empresa
esta última reconocida públicamente como
una de las principales contratistas de defensa – negocio de armas con el Estado
- en este país), que por favor retirara un programa tipo reality conocido con
el nombre de Star Earn Stripes, el cual en su criterio no era más que un
intento propagandístico para que la opción bélica fuera más aceptable en la
opinión pública norteamericana. No quieren entender que cada día más gente en el planeta se convence
que en la guerra nadie gana, todos perdemos y si se trata de países pobres como
los nuestros, peor aún. Pero al señor Uribe pareciera no importarle mucho esto
con tal, como dice él, de no dejarse. ¡Mucho hombre guapo! Las viudas, los
huérfanos, los mutilados no parecen importarle mucho, al fin y al cabo los
ponen las clases medias empobrecidas, los pobres y los miserables, la eterna carne de cañón de
las guerras.
Cuando descubrimos que la General Electric, negocia
armas con el Estado y que a su vez es dueña de la cadena televisiva NBC que es
la misma que transmite el reality y que lo publicitó a rabiar durante los
Juegos Olímpicos, no ponemos en duda lo expresado por alguien que dijo: “La
guerra es una masacre de gente que no se conoce, para provecho de gente que sí
se conoce pero que no se masacra.”
Personalmente creo que al señor Uribe lo que le faltó fue coraje
para admitir aquella noche, en el recinto universitario, que no había sido
cuestión de falta de tiempo sino temor de tener que asumir a futuro la
responsabilidad absoluta de semejante locura.
Pero nada de lo anterior me causó tanto dolor institucional como
el hecho que al terminar tan lamentable frase, estudiantes y docentes,
comenzaran a reír y a aplaudir, como si se tratara de un triunfo inequívoco y positivo de
la audacia sobre la razón. Que lo hicieran los docentes, vaya y venga, a lo
mejor defendían un salario y una que otra prebenda laboral que ahora
seguramente gozan y que otros ayudaron a conseguir con su trabajo gratuito. Pero que fueran estudiantes de UNAULA, atenta contra los
principios señalados en su Visión institucional que habla de un compromiso con
la formación en el saber, en el ser y en el convivir… Esto es, con la paz no
sólo entre los hombres sino entre los pueblos. Se ve que ha pasado mucha agua
bajo el puente y la que otrora fuera bastión de un estudiantado con pensamiento libre y con profundo sentido
humanistico, hoy se ha convertido en lo mismo de lo mismo. ¡Cómo van, ...no habrá
historia que los absuelva!