miércoles, 28 de marzo de 2012

Acontecimientos expectantes próximos.

Por Armando Brugés Dávila.
Dos importantes sucesos se avecinan por estos días: el primero de ellos, la Sexta Cumbre de las Américas a realizarse en  la ciudad de Cartagena de Indias. Aunque oficialmente deberá girar sobre las comunicaciones, todo apunta a un cambio temático en el que Cuba brillará con luz propia. No se puede entender el hecho que todas las asociaciones de Estados en el mundo tengan como principio básico la libre determinación de los pueblos, pero en el caso de las Américas no sea así. De no haberse respetado este aspecto, la Organización de la Naciones Unidas hubiese sido un imposible histórico, dado que allí deberían entrar a compartir sistemas políticos tan opuestos como la monarquía inglesa y las repúblicas americanas, por ejemplo,  así como también sistemas totalitaristas como la Unión Soviética de la época, la China comunista, igualmente emiratos, sultanatos, e incluso dictaduras de todo los pelambres. Igual tendencia se muestra en organizaciones tales como la Unión Europea, el Parlamento Africano, la Liga Árabe. La misma Organización de Estados Americanos, en sus postulados iniciales así lo manifestaba. Sin embargo, situaciones políticas sucedidas en el sur del continente a partir de 1999, los pone en situación de alerta roja y los induce a generar el 11 de septiembre del año 2001 la Carta Democrática Interamericana. La que curiosamente en uno de sus considerandos señala: “…que uno de los propósitos de la OEA es promover y consolidar la democracia representativa dentro del respeto del principio de la no intervención;”. Pero en su artículo segundo se dice:El ejercicio efectivo de la democracia representativa es la base del estado de derecho y los regímenes constitucionales de los Estados Miembros de la Organización de los Estados Americanos.” En qué quedamos? Con una propuesta similar de democracia invadieron a Irak y Libia e incluso lo están intentando en  Siria. La pregunta es por qué no le hacen el mismo requerimiento a Arabia Saudita, Quatar, Emiratos Árabes, Bahréin, Kuwait, Japón, España, Suecia, Bélgica o al Reino Unido?
La otra, tiene que ver con la convocatoria que viene haciendo el movimiento Ocupemos Wall Street. Su intención, invitar al pueblo norteamericano a una huelga general el 1º de Mayo, día mundial del trabajo, como manera de protesta contra los grupos financieros  que tienen al borde de la ruina a amplios sectores de la población estadounidense. Sus organizadores han sido claros al manifestar que la suspensión de las marchas que tuvieron durante la fuerte ola invernal, había sido  aprovechada para organizar a las comunidades locales en el propósito de crear una red más amplia de relaciones vía internet. La intención es paralizar al país con un slogan muy concreto “Un día sin el 99%”, lo que significa que toda aquella persona que se considere parte de ese 99 por ciento afectada por las nefastas políticas económicas de los grande grupos financieros, deberán participar no trabajando, no acudiendo a la escuela, no saliendo de compras, como tampoco realizar operaciones bancarias, pero lo más importante de todo ¡Tomar la calle! La idea es protestar contra el desempleo, contra las organizaciones financieras a quienes acusan de terroristas económicos. Recordemos que este movimiento se estrenó el 17 de septiembre de 2011 en Nueva York, y se regó como pólvora por las ciudades americanas, saltando posteriormente a Europa, Australia  y Nueva Zelanda, llegándose a realizar en 951 ciudades de 83 países. Se trata de un pulso, que no se sabe en qué parará, pero que bien vale la pena esperar a ver quién lo gana.


martes, 20 de marzo de 2012

Una frase desorientadora.

Por Armando Brugés Dávila.

La expresión parecía no tener atenuantes, tanto que antes de iniciar su lectura había una señalándola como “la frase que debería ser la más célebre del siglo” y al final otra que decía: “Autor anónimo y por cierto, inteligente”. Es decir, no cabía duda alguna sobre la certidumbre de tan portentoso pensamiento e intentar contradecirlo se convertía en casi que una blasfemia.
Se trata de un correo que me llegó enviado por un amigo de la infancia, el cual decía: “El problema de Latinoamérica es que quienes eligen a los gobernantes, no son las personas que leen los periódicos, sino los que se limpian el trasero con ellos”.
Una característica de los humanos es creer que todo lo escrito es cierto y es aquí donde comienza el juego perverso de esta  frase  lanzada al ciberespacio. El primer efecto es  convencer al lector que toda nuestra prensa a nivel continental y mundial es objetiva y veraz, es decir que los medios de información escritos en América Latina y el mundo, en “su totalidad” no tienen compromisos ideológicos, políticos, ni mucho menos económicos con sector alguno y por tanto, orientan de la mejor manera a la opinión pública.  Infortunadamente, tanta belleza no es todo lo cierta que se quisiera, menos ahora cuando el planeta se nos ha convertido en una aldea y las comunicaciones se han vuelto un monopolio a través de las sospechosamente denominadas alianzas estratégicas.
Otro aspecto que hay que tener en cuenta es que los que se limpian el rabo con los pedazos de periódicos, cuando les es posible, no son precisamente los que los compran para leerlos; estos últimos generalmente tienen con qué comprar papel higiénico. Y esto es algo que debe quedar claro. Amplios sectores poblacionales en el continente no tienen acceso a la prensa, por la sencilla razón que ella no llega a sitios en donde por lo inaccesible, su transporte resulta muy costoso. Y si algo le falta a este país son vías y aeropuertos. De allí que a mucha gente, incluso no le quede fácil limpiárselo con papel periódico, y a falta de éste aún lo hacen con hojas de bijao o tuzas de maíz. Para no ir muy lejos, por estos días, en esta ciudad, en uno de sus sectores más deprimido, un padre de familia se vio obligado a entrar en confrontación con otro grupo familiar, que entre otras cosas casi lo matan, porque  comenzaron a burlarse de una de sus hijas. El motivo de la burla era precisamente que la niña estaba haciendo “popo” en la parte alta del cerro, pues en su rancho no tienen ni taza sanitaria.  No estamos hablando de pobreza sino de miseria en pleno casco urbano de nuestra ciudad. En este caso, de sectores sumido en la miseria, por lo que es de suponer que sí se puede hablar de papel periódico utilizado en limpieza de traseros aun en ciudades. Pero en los sectores rurales, es decir, los verdaderamente alejados de divisiones urbanas importantes, como dicen por ahí, nanai cucas. Se trata de personas poco dadas a acudir a las urnas en épocas de elecciones, pues de los políticos no conocen sino sus engañosas promesas. Sólo lo hacen  cuando son obligadas por alguna circunstancia especial, tal el caso del constreñimiento electoral.
La mayoría de los votantes en nuestro país y en Latinoamérica, se encuentran ubicados en sectores alimentados por la información de la prensa, por lo que podemos concluir que los que eligen a los gobernantes en este continente son las personas que leen los periódicos. Si lo anterior es correcto, quiere decir que esos ciudadadnos que votan y eligen tan mal,  resultan ser el resultado de una mala información originada desde  algunos sectores de prensa a la que la famosa frase en cuestión, pretende señalar como impolutas. 



miércoles, 14 de marzo de 2012

La Inteligencia Emocional: un tema de interés público.

Por Armando Brugés Dávila.
Hace sólo hace 500 millones de años, la “evolución” inició un proceso fantástico de ordenamiento celular que culminaría en lo que hoy es nuestro portentoso cerebro. Su inicio tiene lugar en  los peces primitivos, que con su tejido nervioso comienzan a desarrollar un tubo con el cual conducirán sus ramificaciones a un punto central de control ubicado estratégicamente en la parte delantera de sus cuerpos. Este pequeño cambio les permitirá tener un mayor control de sus movimientos y una más amplia posibilidad de vida. Estamos frente al inicio del “cordón espinal”. Más adelante, aquellas ramificaciones nerviosas se irán aglutinando para convertirse en  módulos especializados, como el bulbo olfatorio, los ojos, etc.
A criterio de los hombres de ciencia, este proceso culminó en la estructuración del cerebro reptil o primitivo, instancia biológica en la que se programarán por primera vez en los seres vivos, funciones vitales primarias como el ritmo cardiaco, la presión sanguínea, respiración, alimentación, sueño, incluido el sexo. Allí se procesarán las experiencias primarias no verbales de aceptación o rechazo y todas las conductas automáticas o programadas. Se localizará la conducta instintiva; en este estadio no existe ni  pasado ni futuro, la existencia se realiza en el puro presente. Su función capital apunta al mantenimiento de la vida del ser que lo contiene y por ende a la conservación de la especie que lo posee. 
Debieron pasar doscientos millones de años para que se produjera otra gran conmoción en el mundo evolutivo de las especies. Se construye entonces encima de la estructura reptiliana, una nueva organización nerviosa, cuyo desarrollo en las aves no fue completo, pero en los mamíferos, por el contrario,  alcanzó su máxima expresión.  Se trata de la estructura cerebral conocida como “sistema límbico”, asociada a la capacidad de sentir y desear. Los seres vivos por primera vez tienen la posibilidad de experimentar estados emocionales como el miedo, la ira, la tristeza, la alegría o el afecto. Con esta nueva estructura se presentan tres conductas no existentes ante en los animales, como son: la crianza, con el cuidado materno; la comunicación audiovocal de esta crianza; y el juego, por lo que se supone el comienzo de la familia. Los seres humanos compartimos esta estructura con los mamíferos,  es la que nos permite comunicarnos con ellos (nuestros animales domésticos) mediante el lenguaje emocional o gestual (movimientos corporales, expresiones del rostro, tonos de voz). Con el desarrollo del sistema límbico, se inicia en los seres vivos la fabulosa capacidad  de  memorizar. Esta nueva estructura  le permite acumular experiencias que al comparar con las nuevas les permitirán tomar decisiones más acertadas,  ampliando  de esta manera las posibilidades de vida. Por primera vez los seres vivos tienen la capacidad de retrotraer el pasado al presente, esto es: aprender. Algo realmente extraordinario.
Pero además, les permitió conocer a los mamíferos, el mundo de los sentimientos y deseos, de allí que su principal función sea la de controlar la vida emotiva y el impredecible mundo de los sentimientos. Como bien lo dice F.J. Rubia, las emociones son las que aportan la energía necesaria para la motivación, esa capacidad  que puede organizar, ampliar o atenuar  la actividad cognitiva de nuestro cerebro. Su activación enciende las alarmas motivacionales de las emociones, por eso es tan importante  el optimismo como mecanismo de incitación  en el proceso de alcanzar nuestras metas en la vida.
Si algo debe quedar claro, amable lector, es que en la estructura básica de nuestro actual cerebro, primero hubo emociones y luego pensamientos. De modo  que debemos ante todo entender, que  aprender a relacionarnos con la manera como funciona esta estructura, es vital para nosotros como seres humanos. No hacerlo, nos puede hacer víctima de estallidos emocionales que nos pueden llevar a rupturas  de relaciones familiares o amistosas, a la pérdida de la libertad  o lo que es peor,  odiarnos a nosotros mismos por habernos comportado  como lo hicimos,  poseídos por un estado de ira emocional. Hacia esto apunta la inteligencia emocional, al desarrollo de estrategias que nos permitan, no eliminarlas, antes por el contrario, a reconocerlas y actuar de acuerdo a las circunstancias, pero conscientes de que nos acompañan desde el principio de los tiempos.


domingo, 4 de marzo de 2012

Zarzuela de mariscos?

Por Armando Brugés Dávila.
  Nuestra falta de identidad y pertenencia es el inicio de todas nuestras desgracias, máxime cuando ésta se deja notar en lo que hoy por hoy se considera el instinto primario y fundamental de la vida: la alimentación.
Si bien es cierto, a los gobiernos les corresponde velar para que a su población no le falte la alimentación, mediante una política que apunte a una soberanía alimentaria. Es a sus nacionales a quienes corresponde mantener en alto esa soberanía mediante el consumo masivo de lo que se produce en el país. Pero en nuestro país estamos haciendo las cosas al revés; de una parte, los gobiernos promueven la producción agrícola para la exportación, sin importarles que muchos de sus gobernados se mueren de hambre por no producir el país suficientes alimentos,  y de otra, una parte de la nación y no la mayoritaria precisamente, consume como loca productos importados, en un irracional afán de esnobismo arribista. Es más, de manera inexplicable, se les concede  licencia a empresas extranjeras, para que vengan a ofrecer artículos por debajo de los precios del mercado nacional, con lo cual no hacemos sino darle entierro de tercera a la producción nacional. Y después, de manera cretina nos preguntamos qué por qué el desempleo? ¡Con semejante política de desarrollo tan absurda, jamás veremos una Colombia próspera y soberana!
El problema radica en que esta falta de identidad permea toda la sociedad colombiana, iniciándose en su élite, y desde allí bajando como en una especie de cascada, hasta los más modestos sectores populares. Es tan pobre nuestro sentido de identidad y pertenencia, que en nuestros restaurantes típicos no resulta fácil encontrar, un plato que es común  en todas las latitudes costeras del mundo: el salpicón de pescado, que  además de delicioso, porque se puede adobar como se desee, es económico por lo rendidor, con la ventaja que se puede hacer con cualquier pescado, desde la sierra, pasando por la cachorreta hasta llegar al cazón. Este plato acompañado de un arroz de coco, unos buenos patacones y una ensalada de cebolla, lechuga y tomate, se convierte en un apetitoso manjar para cualquier ciudadano del mundo.
Pero mi sorpresa fue mayúscula al visitar un restaurante típico de la ciudad y encontrar en su carta un plato con el nombre de Zarzuela de mariscos. Al preguntar a la niña en qué consistía el plato, me dijo: Se trata de una especie de cazuela, pero en leche de coco. No entendía lo del extraño maridaje de una zarzuela oriunda de España y el coco oriundo de los climas tropicales. Pero la combinación me sonaba apetitosa y le aposté pidiéndola.
Esa misma noche me fui a mi oráculo (Internet) y una vez  invocado, me contestó sin demora, como siempre lo hace: “La zarzuela de mariscos (en algunas ocasiones indistintamente zarzuela de pescado),[] es un estofado (guiso) de diversos pescados y mariscos que resulta ser muy típico en las cocinas del norte del Levante español. Es muy popular en la provincia de Castellón y en ciertas zonas costeras de Cataluña 
Como pueden ver amables lectores, la famosa zarzuela no es una cazuela si no un estofado. Las primeras se sirven en cazuelas de barro, de allí su nombre. Pero además, el plato español en referencia no lleva leche de coco. Y aquí es donde radica el colmo de los colmos, pues a la par que le damos valor agregado al plato conocido como cazuela de mariscos, lo que se nos ocurre es ponerle un nombre copiado, y entre otras cosas mal copiado por lo del coco. Y no es para menos si recordamos lo que viene aconteciendo con el mondongo, que en la capital de la república, se ha transformado en “cayos a la madrileña”.  De dónde identidad y pertenencia, si somos una parranda de acomplejados de nuestra propia cultura?