miércoles, 31 de julio de 2013

Acercándonos a los 500 años, dejemos de echarnos mentiras.

Por Armando Brugés Dávila.

Probablemente algunos coterráneos no estarán  de acuerdo con mi planteamiento; pero de eso se trata, de generar controversia sobre qué puede resultar más sano, si asumir nuestra realidad tal y como es o acostumbrar a nuestra juventud a pelechar con mentirillas sosas. Es hora que los samarios comencemos a bajarnos de esa nube de sueños en que nos han querido mantener sus dirigentes seculares, haciéndonos creer situaciones que no son reales. Siempre se nos ha hecho creer que somos lo que realmente no somos. Esto no es nuevo: se inició con los madrileños que aquí llegaron,  quienes por ejemplo, al ver el único rio que arrojaba sus aguas a la ensenada del sitio a donde pensaban fundar una población, en su afán de apoderarse de todo, asimilándolo a su leal saber y entender, lo único que se les ocurrió fue comparar a ese riachuelo con el rio que atravesaba Madrid y  que llamaban Manzanares.
Su propósito conquistador los obligaba a borrar todo lo que representara o significara cultura indígena o sometida, actitud que los samarios con el correr de los tiempos asumimos como propia, tanto así que sin vergüenza alguna y con un racismo rampante, sometimos al ostracismo la casi totalidad de la toponimia indígena. Hoy día, la mayoría  de los samarios nos damos el lujo  de no tener la más remota idea de cuál era el nombre indígena de nuestro icono natural de la ciudad, por la sencilla razón de que al parecer se perdió en el laberinto de los tiempos. Y de ello se presume sea culpable, no Rodrigo de Bastidas, quien era sevillano, sino el conquistador Pedro de Heredia, madrileño que según José Nicolás de la Rosa, vino con Pedro Badillo, quien había sido nombrado gobernador de la región. Es más, pocos son los que saben que este riachuelo recorre solo 33 kilómetros, mientras que su homónimo en España lo hace en 92 y obviamente su área de influencia es mucho mayor; igualmente  desconocen que su nacimiento se origina  en la unión de dos quebradas que por estar en lo alto de la Sierra, lograron conservar sus nombres indígenas, las quebradas de Onaca y Girocasaca. Con el tiempo, increíblemente quedamos con esa impronta curiosa de adueñarnos  de símbolos o significados que poco tenían que ver con nosotros.
Es el caso de la Sierra Nevada, nombre éste también impuesto desde la metrópoli española para asimilarla a lo que ellos allá conocían como un macizo montañoso, perteneciente al conjunto de las Béticas, situado en Andalucía, llegando a extenderse hasta  las provincias de Granada y Almería. Pero a los samarios a su vez, se nos ocurrió que quedaba más elegante si le añadíamos el de Santa Marta, y dicho y hecho: a partir del momento menos pensado se comenzó a llamar pomposamente Sierra Nevada de Santa Marta, cuando la realidad era que más tenía que ver con esa mole nevada, la ciudad de Valledupar que la nuestra, habida cuenta que esta última se encontraba ubicada en sus entrañas. Pero no, la lógica no funcionó tampoco en este caso.
Igual sucedió con la Ciénaga Grande, la cual  seguramente tomó su nombre del primitivo toponímico de la población de Ciénaga, que fue el de Aldea Grande. Aclarando que Ciénaga no fue fundada sino catequizada, puesto que ya existía cuando los invasores llegaron y precisamente se encontraba ubicada en el extremo nororiental de dicha ciénaga. De Aldea Grande  su nombre fue cambiado por el de San Juan Bautista de Córdoba, razón por la cual el nombre de la Ciénaga Grande debió cambiar por el de Ciénaga de San Juan Bautista de Córdoba. Pero no sucedió así.
A la aristocracia de medio pelo de Santa Marta, se le ocurrió que resultaba más elegante llamar a la población Ciénaga y al fenómeno cenagoso Ciénaga Grande, obviamente anteponiéndole el  “de Santa Marta”, con lo que quedaba con el pomposo nombre de Ciénaga Grande de Santa Marta, cuando realmente no teníamos razón alguna para dicha vinculación. El derecho por tradición era de Ciénaga, por lo que debió haberse llamado la Ciénaga de San Juan Bautista de Córdoba, puesto que no solo existía como pueblo antes que Santa Marta, sino que además era surgida de su vertiente misma.
Y así sucedió con muchas cosas. Es más, en tiempos recientes  un periodista de la BBC de Londres, Richard McColl, identifico a la ciudad de Ciénaga como “la capital del país del realismo mágico colombiano”. Y ya Santa Marta ni corta ni perezosa comienza a identificarse como “La Ciudad que lo tiene todo”, título que realmente apunta a lo mágico, solo los magos aparentemente lo tienen todo, si no que lo digan Harry Potter y su parentela.
Pero en este artículo me referiré a un caso muy especial por sus características curiosas y es el relacionado con la fundación de la ciudad. Desde que tengo uso de razón, he escuchado que mi ciudad natal fue la primera fundada en territorio continental, debido a que los dos intentos anteriores habían desaparecido tras el feroz ataque de los aborígenes. Solo Santa Marta soportó el embate de los temibles caribes y perduró en el tiempo. Y con esa idea se levantan nuestros jóvenes, puesto que son las mismas instituciones educativas, oficiales y privadas, quienes se encargan de trasmitir esta clase de conocimientos. Aquí nos enseñaron en la escuela a no investigar mucho menos a ser creativos y nosotros les enseñamos a nuestros muchachos exactamente lo mismo y así sucesivamente. Es tan triste nuestra situación educativa en lo que a investigación y creatividad se refiere, y conste que no me refiero sólo a Santa Marta hablo del país en general,  que en el programa El Gran Colombiano implementado por el canal HISTORY y El Espectador, un analista con razón se lamentaba que no había en la lista un solo maestro entre los finalistas.  En tanto que en un programa radial escuchaba a dos personajes que con “sobrada sapiencia” hablaban del tema y mencionaban como posibles ganadores a personajes realmente sin trascendencia alguna en la historia de la república, en cambio parecían no tener ni idea de un científico de la talla de Rodolfo Llinás.Y no tendría nada de raro que resultara de Gran Colombiano un personaje de nuestra farándula contemporánea y queden por fuera personajes como García Márquez o Llinás, los dos únicos que realmente tendrían los méritos para ello. Ojalá no tengamos que pasar por semejante vergüenza.
Pero volviendo al tema, resulta que antes que Santa Marta, otras ciudades se fundaron en la América continental. Entre ellas tenemos: La ciudad de Veracruz en México, fundada un 10 de julio del  año 1519 por el propio Hernán Cortés, Francisco de Montejo y Alonso Hernández de Portocarrero, en unas playas llamadas Chalchihuecan, con el nombre de Villa Rica de la Vera Cruz. Lo que la convierte en la primera ciudad fundada por europeos en territorio americano en los inicios de su proceso de despojo  genocida. No se trata de repudiar nuestros ancestros hispánicos que por alguna parte debemos tener, simplemente nuestra intención apunta a que desde nuestra ética no podemos sino rechazar la invasión depredadora que en su momento iniciara sobre Hispanoamérica el poder imperial español.
No obstante que en 1524 la ciudad cambió de asentamiento. en donde hoy se encuentra la denominada Antigua, ubicada a orillas del rio Huitzilapan, en 1524; pero en 1599 el rey Felipe II de España ordenó el traslado a su primitivo y actual lugar de origen.
Le sigue en su orden la ciudad de Cumaná en Venezuela, la cual existía como “misión” franciscana desde 1515, pero se le atribuye su fundación a Gonzalo de Ocampo en el año de 1521. Todo apunta a que el convento en el que habitaba la comunidad religiosa fue destruido por una rebelión indígena liderada por el Cacique Maragüey. Ya me imagino lo que podrían estar pensando esos aborígenes de un grupo de hombres que vivian en una casa sin mujer alguna. Lo cierto es que Ocampo reconstruye el convento y su población llamándola Nueva Toledo. Pero otra rebelión lo arrasa nuevamente y en 1523 lo levanta de nuevo por el capitán Jácome Castellón. Ya para 1530 aparece con el nombre de Nueva Córdoba, (antiguo nombre de Cúmana) la cual sufre un terremoto   a raíz del cual sufre un estancamiento económico. En 1569 Diego Fernández de Zerpa, le cambia el nombre por el de Cumaná.
En Nicaragua encontramos otra ciudad llamada Granada, fundada por Francisco Hernández de Córdoba, en 1524. De sus habitantes originarios se dice que se conocían con el nombre de los diarianes, una de las castas integrantes de los choretega quienes se distinguían por excelentes guerreros y muy buenos artistas. Se dice que poseían muchos e interesantes conocimientos sobre astronomía, botánica y medicina, además de muy buenos comerciantes.                                       
Se podría decir que hablar de Santa Marta como la primera población  fundada en el continente americano, no es más que una mentira piadosa. Pero ni a eso llega pues se le da ese nombre a la mentirilla que de alguna manera sirve para algo. Pero esta para nada nos sirve. Tendría más sentido colocar en letras de molde en nuestro Aeropuerto Simón Bolívar, la carta apócrifa que supuestamente escribiera Bolívar en su lecho de muerte a su prima Fanny Du Villars. Cuyo propósito no era sino destruir la imagen del verdadero amor de su vida Manuela Saenz. La supuesta descripción que allí hace El Libertador del lugar en donde se encuentra (Santa Marta) es algo realmente bello, apenas como para ofrecerla a un turista ávido de amores eternos. En uno de sus apartes dice:

Ha llegado la última aurora; tengo al frente el mar Caribe azul y plata, agitado como mi alma, por grandes tempestades; a mi espalda se alza el macizo gigantesco de la sierra con sus viejos picos coronados de nieve, impoluta como nuestros ensueños de 1805; por sobre mí, el cielo más bello de América, la más bella sinfonía de colores, el más grandioso derroche de luz...

Digo que tendría más sentido hacer esto último en tanto que apuntaría a un beneficio real, desde el punto de vista turístico, pero siempre dejando “entre comillas” su origen apócrifo. Pero estoy seguro que el impacto sería el mismo que a mí me produce cada vez que la leo.

 

 

domingo, 21 de julio de 2013

Sí fue el 20 de julio de 1810?

Por Armando Brugés Dávila
En otros tiempos, cuando hablábamos de cachacos y costeños, nos referíamos a los habitantes del altiplano cundiboyacence y de la costa Caribe colombiana. Ahora,  cuando decimos que la historia la hacen los vencedores y nos encontramos con que en nuestros libros de historia se nos dice que nuestro Grito de Independencia fue el 20 de julio de 1810, tenemos que concluir que esa lucha por el control del poder en la Nueva Granada la ganaron los cachacos. Nos referimos al planteamiento equivocado que tiene nuestra historia oficial, en relación con aquella valiente resolución tomada por nuestros antepasados. No se trata de demeritar el significativo aporte que la insurrección de Santa Fe pudo haber tenido en el contexto de la independencia, pero es necesario aclarar situaciones que pueden resultar injustas en nuestro devenir histórico.
De cuál independencia se habla en esa acta? Me refiero a la del 20 de julio de 1810. Si leemos el documento en detalle, nos encontramos con la menuda sorpresa de que de las 1226 palabras que la componen, el vocablo independencia sólo se encuentra escrita una sola vez. Con el agravante que allí no hace referencia a la separación de la Metrópoli sino a la autonomía que debían guardar entre sí las provincias coloniales de acuerdo con el ideario federalista de Camilo Torres.
Llamar Acta de Independencia a un documento en el que no sólo se reconocía a Fernando VII como dueño y señor de la soberanía popular, sino que además se sometía al pueblo a la Suprema Junta de Regencia Española, es un atentado a la razón. Negarle ese derecho a Mompox es un asalto a la inteligencia. El primer grito de independencia se da realmente en la ciudad de Mompox, 6 de agosto de 1810. Si bien es cierto el documento que contenía esta declaración se extravió, al parecer llevado por las huestes realistas que evacuaron la plaza el 19 de junio de 1820 acosados por la presión de los patriotas, las pruebas al respecto son irrefutables. Tomemos por ejemplo, la exposición que hizo la Junta Suprema de Cartagena, refiriéndose a los sucesos acaecidos en Mompox el 6 de agosto de 1810, escrito y firmado por su presidente el doctor José María García, el 4 de diciembre del mismo año, en el cual expresa lo siguiente:
A la primera noticia de la revolución de Santa Fé, se suscribe a ella (Mompós) sin conocimiento de esta capital, (es decir de Cartagena) proclamando su libertad e independencia absoluta del Consejo de Regencia. Seguidamente, se vuelve y reúne a su capital, enviando a ella los dos diputados que con tanta generosidad les señaló ésta, tomando parte en el gobierno de toda la Provincia y poco después se decreta independiente, se declara la soberanía que aún antes se había usurpado".
Lo anterior nos confirma que el documento aludido en ningún momento plantea una propuesta de independencia de la Metrópoli. El mismo grito de batalla de sus abanderados, así lo dice: ¡Muera el mal gobierno! ¡Viva el Rey! El primer grito de rebeldía y de real separación se produce en la Costa Caribe colombiana, en la Villa de Mompox el 6 de agosto de 1810. Se trata de un legado que los caribeños tenemos la obligación de defender y dar a conocer a nuestras juventudes, en tanto que es fundamento de nuestra historia regional.

 

 

 

martes, 16 de julio de 2013

Desesperados todo nos sale mal.

Por Armando Brugés Dávila.

Por estos días escuchaba con estupor y dolor de patria a una comentarista radial de una cadena nacional expresar sin rubor alguno que al presidente de Bolivia, le había pasado lo que le pasó en Europa por sapo. Haciendo referencia a la actitud, por demás valiente, que asumiera Evo Morales en relación con el caso Snowden al manifestar que le hubiera gustado que el joven de la CIA hubiera pedido asilo a Bolivia. Qué lástima que como latinoamericanos tengamos tan baja auto estima.  A veces pareciera que ni supiéramos que lo somos.
Incluso la manifestación de la Presidencia y de la Cancillería colombiana para el caso del cerco aéreo a que fue sometido el primer mandatario boliviano fue excesivamente diplomática, por no decir fría, distante. Esto no resulta extraño en un país donde el presidente por razones que ignoramos, mientras  no se puede reunir con los campesinos de la zona del Catatumbo, en donde el balín está bajito con cuatro muertos en línea y el orden público descuadernado, sí lo hizo, casi que de inmediato, con los taxistas de Bogotá a raíz del asesinato del agente estadounidense, caso este que fue resuelto en menos de 72 horas con órdenes de extradición incluidas.
Cuando se quiere hacer referencia a una persona que no hace sino embarrarla, en la filosofía popular se dice, que anda como la mosca que en donde se para la … Y esto es lo que parece estar  sucediéndole, de un tiempo a esta parte,  a algunas potencias interesadas en el control de la política mundial. A raíz de la actitud insurreccional de algunos países en América Latina, el establecimiento mundial comenzó a implementar medidas para contrarrestar  semejante, para ellos, despropósito. El primero fue el golpe de estado en Venezuela en el 2002 cuyo objetivo era derrocar al “inmamable” de Chaves, pero el resultado les fue adverso. Hugo Chaves salió más fortalecido que nunca. Luego viene Honduras, en el 2009, que significó el derrocamiento del presidente constitucional Manuel Zelaya, quien había sido elegido por el partido liberal. Cuatro años después Zelaya no solo tiene partido propio llamado Libertad y Refundación, con mayorías indiscutibles, sino que además las encuestas  permiten dar a su candidata, su propia esposa, como segura ganadora de la contienda electoral próxima a realizarse en aquel país.  Luego tocó el turno a Ecuador, en donde en el 2010 una asonada de un sector de la policía se convierte en detonante para un intento de golpe de estado, pero vuelven a fallar los cálculos y el presidente Correa sale políticamente agrandado y pisando fuerte.  Más tarde, en el 2012 se sucede el llamado Golpe de Estado parlamentario en el Paraguay. Y aquí sí que las consecuencias fueron desastrosas para los “inocentes” propósitos de los interesados. El estado paraguayo había sido el palo en la rueda del ingreso de Venezuela al Mercosur y al sucederse el golpe, los otros tres países integrantes Argentina, Brasil y Uruguay, ni cortos ni perezosos, en una jugada de tres bandas sancionan a Paraguay, suspendiéndolo como miembro activo, y por  consenso reciben como miembro pleno a la República Bolivariana de Venezuela. Y como si fuera poco precisamente a partir del viernes 12  este país asumirá la presidencia pro tempore del Mercado Común del Sur.  ¡Qué oso! Ahora con lo sucedido, en estos días, al presidente de Bolivia en el continente europeo, las cosas no han sido mejores. Empeñados como están en mantener la división sempiterna de estos países del sur, al someter a un trato indigno a un Jefe de estado de la región, han logrado precisamente lo contrario, incrementaron los lazos de unión. En su propio terreno, la OEA, Estados Unidos y Canadá quedaron solos, ante una moción de protesta, incluido el mismo José Miguel Insulsa, su Secretario General  que a todo tiende a sacarle el cuerpo, quien igualmente los abandonó. Los Estados latinoamericanos se percataron al igual que sus pueblos que a futuro no estarían exentos de un tratamiento similar y decidieron actuar en la OEA como sólo lo hacen en UNASUR: UNIDOS.
Mejor dicho, igual que las moscas que en donde se van parando  la van …

 
 

 

 

 

domingo, 14 de julio de 2013

Seremos torcidos porque sí?

por Armando Brugés Dávila.

En este país no es raro escuchar en emisoras locales propagandas realmente  exóticas y terriblemente peligrosas como aquellas en que señoras o señores se comprometen curar toda clase de enfermedad, esto es, desde la diarrea hasta el cáncer, pasando por la diabetes, las enfermedades cardiovasculares e incluyendo las de tipo neurológico o psiquiátrico. Pero allí no quedan las cosas; estas personas, en el colmo de la desfachatez se comprometen  de igual manera a arreglar matrimonios e incluso problemas de infidelidad. Terminando por sacar la pelota del estadio cuando se atreven a decir que si con lo anterior el paciente o cliente no queda satisfecho, él o ella se comprometen  a revelarle el número de la lotería. Si esto no es abusar de la buena  fe de la gente, entonces qué lo es. Lo único que les falta decir es que tienen comunicación directa con Dios o Yavé. Me imagino que las emisoras dirán que ellas no tienen culpa alguna, ya que en eso radica su negocio en cobrar por emitir mensajes comerciales. Pero viéndolo bien, esto no es un mensaje normal; la mala intención aflora por todas partes. Una de las características que acompaña a los necesitados, es su gran capacidad o ansias de creer en algo siempre y cuando ese algo les prometa la satisfacción de sus necesidades más urgentes, de allí que los pueblos en crisis sean terreno abonado para las sectas religiosas de todas las pelambres. Pero Salud Pública sí tiene la obligación, no sólo ética sino administrativa, de intervenir contra unos y otros, ya que se trata de actos  atentan no sólo contra la salud, sino también contra la justicia cuyo fundamento es la honestidad, en tanto que permiten a inescrupulosos engañar a jóvenes y adultos, esquilmándoles los pocos pesos que con tanto trabajo consiguen en su laborar diario.
Y hablando de adultos mayores, resulta infame la forma como a muchos de ellos los tratan, sobre todo en los centros hospitalarios. Hablando con un galeno amigo, me comentaba que en nuestro Hospital Central, por ejemplo, personas de otros municipios tenían que venir a coger fila a las tres de la mañana, de no hacerlo así, corren el riesgo de perder no sólo su tiempo, también su viaje y lo más importante, su consulta médica. No sé por qué inexplicable razón, la mayoría de las entidades que prestan servicios de salud, se les da por citar media o una hora antes de abrir sus dependencias, algo realmente inhumano, sobre todo tratándose de personas de edad avanzada, a quienes toca sentarse en los sardineles o recostarse en cualquier pared hasta que la llegue la joven que les abrirá la puerta del consultorio o laboratorio. Esto sucede en toda Colombia.  A propósito de la Ley 1170 de 2007, esa que trata sobre el conceder a las personas mayores de 62 años beneficios para garantizar sus derechos a la educación, a la recreación, a la salud y propiciar un mejoramiento en sus condiciones generales de vida, parece que no la conociera nadie y los que tienen la obligación de darle cumplimiento, en la mayoría de los casos terminan tirándoselas de loco, por temor a los otros usuarios. Los artículos doce y trece de dicha ley se convierten en la práctica en un rey de burlas. Según los mismos, a partir de enero de 2008 las Empresas Promotoras de Salud deberían asignar a sus afiliados mayores de 62 años los servicios de consulta externa y especializada, dentro de las 48 horas siguientes a la solicitud por parte de éstos. Y además, la entidad Promotora de salud que no suministre de inmediato los medicamentos formulados incluidos en el POS, debería garantizar su entrega en el domicilio del afiliado dentro de las 72 horas siguientes. Mejor dicho, algo como para morirse de la risa.
Ahora que en las oficinas públicas y bancarias el asunto se torna dramático, dado que allí tampoco nadie parece saber o querer saber nada al respecto; es más, en ocasiones algunos usuarios muestran su descontento porque se le dé preferencia a un señor o señora de la tercera edad.
Pero todo eso parece corresponder al mundo de nuestro folclor ciudadano, a la manifestación de una ciudadanía cansada de tanto engaño, que ya no cree en nada ni en nadie, que después de casi 500 años a lo único que ha aprendido es a reírse de sí misma y de su impotencia comunitaria.

 

 

 

 

lunes, 8 de julio de 2013

Ojalá Chomsky esté equivocado.

Por Armando Brugés Dávila.

Por estos días llegó a mi correo un ensayo adaptado de una entrevista realizada (12-06-2013) a Noam Chomsky, profesor emérito en el Departamento de Lingüística y filosofía del Instituto Tecnológico de Massachusetts. Después de su lectura, realmente queda uno desarmado ante lo que expone el filósofo estadounidense. En él se refiere el intelectual, al peligro inminente en que se encuentra la humanidad en este momento de la historia, consecuencia de haber logrado los seres humanos por primera vez como especie, la capacidad de poder destruirse a sí misma, capacidad que a su entender iniciamos en 1945 con el descubrimiento y elaboración de la bomba atómica. Es tal la capacidad de los sistemas de armas nucleares existentes, que con asombro se pregunta: ¿Qué está haciendo la gente frente a esta situación? En su criterio, nada de lo que está sucediendo es secreto. Es más el esfuerzo que hay que hacer para no verlo que para verlo. Y le llama la atención que son las sociedades menos desarrolladas, y lo que queda de las poblaciones indígenas, los que realmente se preocupan y quienes no hablan de guerra nuclear sino de desastre ambiental. Pero hablan. El resto del mundo parece que no se percataran de nada.

En su criterio, con el sólo hecho de que una gran potencia inicie un ataque nuclear, aun sin alcanzar a haber represalia, es muy probable que la civilización actual desaparezca, sólo como consecuencia del invierno nuclear ocasionado por el primer ataque.

No en vano, dice el intelectual que cuando se dio el suceso de la Crisis de los Misiles de Cuba, el historiador Arthur Schlesinger, para la época asesor de Kennedy, lo denominó como el “momento más peligroso en la historia”. En su criterio, lo que sucedió en aquel instante fue cosa de locos. Algo similar, dice, sucedió diez años después, cuando Kissinger, una vez que informó a los israelíes que podían violar el alto al fuego que acababan de acordar USA y Rusia, de no interferencia en la guerra arabe-isrealí, emitió una alerta nuclear de alto nivel, Por eso, su preocupación se centra en las crisis nucleares de Corea del Norte y de Irán; de allí su interés por una propuesta que viene rodando hace mucho tiempo y puesta a consideración por primera vez por Egipto y presentada nuevamente, según él, en la reunión de Países No Alineados en Teherán, la cual consistía en avanzar hacia el establecimiento de una zona libre de armas nucleares en la región. Para lograrlo, debía celebrarse en Finlandia, bajo los auspicios de la ONU, una conferencia en el mes de diciembre del año pasado con el propósito de desarrollarla. Pero todo fue inútil. La prensa no informó nada. Irán manifestó su acuerdo de asistir a la reunión, pero días después Obama, canceló la reunión aduciendo que no era el momento adecuado. El Parlamento Europeo, al igual que los Estados Árabes, pidió no obstante que se mantuviera la propuesta. Pero nada pasó.  Con Corea del Norte  las cosas son a otro precio debido, según él, a la desconfianza histórica de este país en relación con los Estados Unidos.

Del documento se pueden sacar dos conclusiones importantes: la primera de ellas es, que una especie de espada de Damocles pende sobre una humanidad que no sabe o no quiere darse por enterada que de suceder una confrontación nuclear, en cuestión de horas se podría terminar con una realidad, hasta ahora única en el Universo conocido: la especie humana, la que sólo pudo tener la posibilidad de  llegar a ser lo que es, gracias al momento mismo en que surgió, por una casualidad evolutiva, la primera célula en el planeta tierra. Proceso que duró cinco mil millones de años.

Pero no todo puede ser pesimismo; los seres humanos hicimos del optimismo, un arma fabulosa que tuvo que ver con los más importantes logros alcanzados en su proceso evolutivo como especie. Hoy la Unión de Naciones Suramericanas, UNASUR, sin pedirle permiso a nadie, avanza en su intento de proclamarse Territorio Libre de Armas Nucleares y de que se le respete su decisión soberana de hacerlo. De allí la inquietud de algunos países de la región, ante la decisión de Colombia de firmar acuerdos de cooperación con la OTAN, organización que además de ser una institución formada por la guerra y para la guerra, no tiene nada que ver con nosotros; por algo se llama Organización del Atlántico Norte y no Sur; tanto así que fue ella misma la que salió a aclarar que lo que el gobierno colombiano pretendía, no era posible en ningún caso.

Ojalá el filósofo estadounidense falle en su pesimismo y nuestra especie resulte tan sensata como lo requieren los nuevos tiempos.

 

 

 

 

 

 

 

 

sábado, 6 de julio de 2013

Declaraciones del Mindefensa.

Por Armando Brugés Dávila.

Para buscar la explicación de cualquier hecho político y éste lo es, hay que buscar a quién beneficia. La verdad, que  a mí personalmente no me convence el cuento de que el acuerdo de cooperación con la OTAN, más que una amenaza, pueda ser una oportunidad que se deba aprovechar, como repite un comentarista en un periódico de circulación nacional. Comenzando por  el bache del presidente Santos, quien inició el asunto diciendo que la intención de Colombia apuntaba a ser miembro de la OTAN, pretensión que la misma entidad salió a aclarar como imposible, informando a continuación, que lo que se estaba preparando era un acuerdo con el país suramericano, que “permitiría el intercambio de información clasificada entre la Alianza y Colombia”.  Vaya a saberse a qué tipo de información se estarán refiriendo, con eso de clasificada.
El Ministro de la Defensa,  respaldado obviamente por el vicepresidente de la OTAN Alexander Vershbow, dice que no se trata de un acuerdo que se enmarque  dentro de ninguno de los programas estructurados por la Alianza en el pasado, tales como la Alianza por la Paz, la iniciativa de Cooperación de Estambul o el Diálogo Mediterráneo, con los cuales se buscaba acercar a miembros de la Cortina de Hierro, del golfo Pérsico o del sur del Mediterráneo, respectivamente, para incluirlos  en las prácticas que en materia de seguridad y defensa desarrollaba la OTAN. Lo cual resulta apenas obvio, pues en este caso se trata de atraer a miembros de la América Latina y el Caribe. Pero no, se nos dice eufemísticamente que se busca es crear instrumentos puntuales y específicos con terceros Estados “alrededor del mundo” (las comillas son nuestras) en lo relacionado, por ejemplo, con capacitación de personal civil y militar. Luego…, es que pensamos seguir guerreando? Igualmente se busca la participación en misiones, pero no de combate sino en otras “funciones”?. Espionaje cibernético o algo parecido? Como también desarrollar de capacidades conjuntas en materia de atención a personal herido en combate? Será que nos proponemos sudar camisas ajenas de guerras en las que no tenemos nada que ganar y sí mucho que perder sobre todo en lo relacionado con el personal de salud del que tanto carecemos para atender a nuestros propios nacionales? De otra parte, dice el Ministro que Colombia se muestra interesada en mostrar su “experiencia” en materia de lucha contra el narcotráfico, y hace bien en hablar de experiencias porque de resultados pocón, pocón. El aparato narco-militar está intacto, como en sus mejores tiempos. De igual manera, dice nuestro Ministro de Defensa que el gobierno  está interesado en aprender de la OTAN, experiencias en materia de  “integralidad” (?), transparencia y anticorrupción. Eso de integralidad dice tanto que no dice nada; ahora, que cuando se habla de transparencia y anticorrupción me pregunto: Estaremos hablando de la misma entidad a la que me referí en un artículo publicado en este mismo periódico el 8 de junio pasado titulado, Política terrorista en la OTAN? en donde  entre otras cosas escribí: “Según Kramer, todo apunta a que de estas operaciones de la red terrorista, (que operaba en Europa contra todo lo que oliera a izquierda) conocían los servicios de inteligencia de Bélgica, Estados Unidos, Luxemburgo, Alemania y la mismísima OTAN, en donde al parecer se planificaba todo”. Luego, de dónde transparencia y todo lo demás. Es más, una fuente de la organización, a la que no identifican,  dijo que “el acuerdo sería un precursor para cualquier cooperación futura posible con Colombia que los aliados desarrollen a través de la OTAN”.
Realmente cada país tiene derecho a hacer de su capa un sayo, pero también tiene obligaciones que respetar, como es el caso de los  compromisos adquiridos y en este caso, el gobierno colombiano no debe olvidar acuerdos como el Compromiso de Paz, Seguridad y Cooperación de 1989, la Declaración del Mercado Común del Sur de 1998, que declaró a Suramérica como zona de paz, similar al suscrito en el 2000 por UNASUR. Además de otros compromisos que como lo manifestara el presidente de Bolivia recientemente, apuntan a crear una zona libre de armas nucleares, de bajo costo militar y comprometida con el desarrollo social y no con la guerra. Ojalá no tengamos que arrepentirnos de este paso.

 

 

 

 

lunes, 1 de julio de 2013

Con locos así, para qué cuerdos.

Por Armando Brugés Dávila.

Allá por los años 2006 y 2007, un amigo me comentaba que definitivamente los pueblos latinoamericanos estaban dando unos tumbos políticos inconcebibles. No entendía cómo estos pueblos estuvieran llevando al poder del estado a figuras como Evo Morales y Hugo Chávez. El primero, un ignorante sindicalista e indígena además, que no debía tener la más remota idea de lo que era la compleja administración de un país y el otro un chafarote de medio pelo. En fin, un par de locos, a lo que sólo me atreví a responderle que dado que “los cuerdos” habían tenido la administración de la cosa pública durante 200 años y no habían hecho nada en beneficio de las mayorías populares, bien valía la pena correr el riesgo con los locos a ver qué pasaba.
Hoy, unos siete años después me encuentro con la sorpresa que ese indio aimara, cuya elección había resultado siendo la sorpresa en toda América, al convertirse en el primer mandatario de origen indígena elegido en la historia de su país,  ha logrado lo que bien se podría considerar un milagro económico en la historia del mismo. Este indígena y para colmo de males sindicalista, ha logrado por primera vez en la historia desde su fundación, que Bolivia tenga superávit fiscal. Pero ahí no quedan las cosas; este indígena sin experiencia en la cosa pública, basado en el sentido común, comprendió que más importante que la expansión del mercado exterior resultaba la del interior, con lo cual logró un desarrollo sostenido del Producto Interno Bruto (PIB). A 2011 logró bajar la tasa de desempleo al 3.8%, uno de los más bajos de la región; Colombia tiene un 10.8%. El crecimiento del PIB per cápita de Bolivia es el segundo en la región con un 11.6%.
Si lo anterior no fuera suficiente, como bien lo dice su ministro de Economía y Finanzas Públicas en la presentación de la Memoria de la Economía Boliviana 2012, se acabaron los tiempos en que Bolivia era el país más pobre de América, al que generalmente en sus informes, el Banco Mundial cuando se refería a él lo hacía diciendo “estar sufriendo ciclos de desaceleración fuerte en su crecimiento”, comentario que en el año 2011 se cambió por el de “los resultados macroeconómicos en Bolivia han sido positivos, con recurrentes superávit fiscales y en cuentas corrientes, después de décadas”.
En lo que a Venezuela se refiere, debemos recordar que en 2011 mientras Colombia tenía una tasa de desempleo de 10.8%, nuestro hermano país la tenía en 8.2%, en tanto que en lo relacionado con el PIB per cápita, el venezolano en el mismo año era el primero en la región con un 19%. Ahora, la ONU nos sorprende concediéndole al gobierno de Venezuela un galardón como premio por haber logrado bajar de un 10.6% a un 2.4% los niveles de la población hambrienta de su país. Curiosamente, ahora  lo oposición se la pasa diciendo que la plata del petróleo, tanto el gobierno de Chávez antes y ahora el de Maduro, lo han venido derrochando, llevando al país a la ruina. Pero qué bueno que ese dinero se derroche dando de comer al pueblo hambriento y no desaparezca en unos pocos bolsillos, cuyos habilidosos dueños son capaces de mantener engañada a la opinión pública, haciéndoles creer que las cosas andan mal pero que a futuro mejorarán y habrá comida para todos. Futuro que infortunadamente sólo existe en sus maquiavélicos planes y ahora cuando la comida realmente está llegando a los más pobres es precisamente cuando la economía del país se está descuadernando. Lo que no son capaces de decir es que lo que se está desbaratando es la manera como ellos la concebían y que sólo a ellos beneficiaba.