martes, 28 de junio de 2011

Infamia histórica.


Por Armando Brugés Dávila.






El siguiente articulo lo elaboré en febrero de 2010, pero no quiero dejarlo en el tintero. Gracias.

El problema de la desinformación en América Latina es algo que bien se podría calificar de aberrante, infortunadamente es un fenómeno de profundas raíces culturales originado en unos intereses económicos y políticos de vieja data que apenas comienzan a vislumbrase.
Afortunadamente como bien lo sostiene la ley de las contradicciones, cada fenómeno lleva en sí el germen de su propia destrucción, y el internet bien podría ser ese germen para el capitalismo mundial en cuanto permite reventar, lenta pero efectivamente, en mil pedazos el oscurantismo informativo a que han tenido sometido a estos pueblos del sur. Es la caja de Pandora de que hablaran los griegos que está penetrando como el aire o como el agua por cuanto orificio encuentra.
Un buen ejemplo de lo anterior se muestra al recordar que cuando finalizaba el mes de enero de 1.962, frisando mis 18 años no cumplidos, me encontré con la terrible noticia que la O.E.A expulsaba a la República de Cuba, por haberse identificado oficialmente como un gobierno marxista-leninista, “posición incompatible con los principios y propósitos del Sistema Interamericano”.
Aquello parecía injusto, pero ingenuamente llegue a pensar que la norma era la norma y para seguir jugando a lo bien había que respetarla. Hoy 47 años después y pudiendo acceder, gracias a Internet, a documentos imposibles de conocer en aquella época sin la previa manipulación informática, me encuentro que la determinación fue injusta, infame y mentirosa porque las normas que allí se adujeron para tomarla no existían. Lo de la incompatibilidad no era sino una manera de distraer y desorientar a la opinión pública continental a favor de los intereses económicos de capitalistas mafiosos norteamericanos afectados por el cambio de política al interior de Cuba. Los mismos que años más tarde asesinaron a Kennedy, quien lo creyera, por razones similares.
Si bien es cierto en el artículo segundo de la tan manoseada carta se dice textualmente que uno de sus propósitos es el “promover y consolidar la democracia representativa dentro del respeto al principio de no intervención”, se debe comenzar por tener claro que la palabra “promover” se define en nuestra lengua castellana como la acción de iniciar o impulsar una cosa o un proceso, procurando su logro, y obviamente en caso de alcanzarlo entonces consolidarlo, esto es, darle firmeza y solidez. En ningún caso se trata de imponer esa cosa o proceso. De igual manera en el literal (e) del artículo tercero de la Carta se dice que: “Todo Estado tiene derecho a elegir, sin injerencias externas, su sistema político, económico y social, y a organizarse en la forma que más le convenga, ...” Luego si lo relacionado con la democracia apuntaba solo a la promoción y en el supuesto de ser esta alcanzada, dar paso entonces si, a la a la consolidación de la misma, pero en ningún caso a su imposición per se y si además los estados tenían el derecho a elegir libremente su sistema de organización social política y económica, de qué incompatibilidad se hablaba en aquella infausta y vergonzosa reunión.
Resulta inadmisible que tuvieran que pasar 47 años para que la OEA cayera en cuenta de semejante error politico, con razón se le califica de organismo inoperante.

Santa Marta, febrero de 2010.

1 comentario:

  1. Armando, interesante artículo. Ya matriculado en la 3ª edad y algo reposado(?)me he encontrado con varias cosas del mismo orden de las por ti planteadas en este escrito, y es en todo el orden mundian: la prevalencia de la mentira en el manejo social (entendase, económico, político, ideologico).
    1.- a. Una de esa cosas que ha llamado mi atención es porque la Carta dice, más o menos: El Estado garantiza la vida, honra y bienes de los ciudadanos" cuando es una falacia desde antes de escribirla, como si el hacerlos negara de por sí el hecho mismo.Igual dice acerca de la desaparición.
    b. El hecho es que, en lo que he visto, la Carta siempre dice que no se hará lo que precisamente se hace y ho ha podido ser controlado. Dice no a lo que practicamente le es propio a la sociedad que trata de regular.
    2.-Reuerdas el Estatuto de seguridad de Turbay, algo parecido a la Seguiridad Democratica de Uribe. No fueron los mafiosos, los terroristas y delincuentes en general los que cayeron. No, cayeron estudiantes, maestros, sindicalistas dirigentes y simpatizantes de izquierda.
    Repetí en estos días la pelicula "Sueños de libertad", en la que un importante ejecutivo del sistema bancario es acusado de homicidio y condenado a cadena perpetua; viendola por segunda vez y reposado vi en esa película la radiografía de nuestra existencia y el único recurso que queda para ser "feliz" AISLARSE, aunque pasado el tiempo nos encuentren.
    Un abrazo

    ResponderEliminar