lunes, 10 de junio de 2013

Hacia dónde vamos con Santos?

Por Armando Brugés Dávila.
La manera como está jugando a la política internacional el presidente Santos, asusta. Veamos porqué lo digo. Primero, contrariando las más elementales normas diplomáticas, al no  consultarlo previamente con su homólogo y amigo,  además de que así se había  convenido solemnemente en San Pedro Alejandrino, resulta recibiendo en el  Palacio de Nariño, al señor Henrique Capriles Radonsky, personaje que además de haber participado en el intento de golpe de Estado de su mejor amigo en el 2002,  instó a un levantamiento popular al verse perdedor de las últimas elecciones presidenciales del hermano país. Todo el planeta lo vio por la televisión cuando pedía a sus partidarios a que salieran a la calle a mostrar su “arrechera” por el robo de su elección, solicitud que costó, aquella noche trágica, la muerte  de doce o catorce militantes chavistas. Parece olvidar el señor presidente que él no representa a un partido ni a un sector de la sociedad colombiana: el representa a la majestad de la Nación y en función de ella debe actuar.
Pero aceptemos que lo anterior sea más bien un mal entendido, como él mismo lo manifiesta, pero ahora resulta el señor presidente anunciando que solicitará el ingreso de Colombia a la OTAN. Cuando leí el comunicado de la Presidencia de la República, pensé que había leído mal, pero no: el presidente de la república de Colombia, Juan Manuel Santos,  anunciaba que durante el mes de junio, su ministro de Defensa suscribiría un acuerdo de cooperación  o alianza con la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) con el único propósito de  mostrar su disposición a entrar en ella.
Pero, qué es la OTAN? Se trata de una organización de carácter militar surgida ante la necesidad de contrarrestar el avance comunista en Europa. Algo así como la Santa Alianza que se organizó en Europa para contrarrestar los movimientos independentistas en América. En 1948 Francia, Bélgica, Holanda, Luxemburgo y el Reino Unido, ante el avance de la ideología comunista en Europa oriental y central, organizan la Alianza Militar Atlántica. Pero el avance socialista obliga a ésta a negociar con USA y Canadá, e invitan a Dinamarca, Italia, Islandia, Noruega y Portugal. En 1949 se firma en Washington un tratado que se convertirá a futuro en la Organización  del Tratado del Atlántico Norte. En 1952 se adhieren Grecia y Turquía, en 1955 lo hace Alemania Federal, en 1982 España, en 1999 Checoslovaquia, Hungría y Polonia, en 2004 Bulgaria, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Letonia, Lituania y Rumania y en 2009 lo hacen Croacia y Albania. Se trata de una alianza militar europea,  en donde Estados Unidos y Canadá fueron invitados por necesidad. Se trataba de una unión exclusiva entre blancos “del Atlántico Norte”. El Atlántico Sur no tenía nada que hacer allí. Nada de indios del tercer mundo y menos de Hispanoamérica. Estaban en su derecho, era su problema.
Pero mientras UNASUR, mediante una declaración consensuada, se declara territorio de Paz del mundo, es decir una región en donde no tiene cabida el armamento atómico, ni las guerras y las diferencias cualesquiera que fuesen, deberían resolverse por consenso, nuestro  presidente resulta anunciando que suscribirá un acuerdo  de cooperación  con la OTAN, para  mostrar su disposición de ingresar a ella, señalando  que de alcanzar la paz con las Farc, el ejército también buscará distinguirse en el ámbito internacional, para rematar diciendo que  Colombia tiene derecho a pensar en grande  y que él va a buscar ser de los mejores “ya no de la región sino del mundo entero”. Pero se cuidó de decir los mejores en qué o para qué. Será que cincuenta años de guerra fratricida no son suficientes?
Qué pronto se olvidó el comportamiento estadounidense cuando el caso de Las Malvinas y el tan cacareado Tratado de Asistencia Recíproca, que en su momento sólo sirvió para que el aliado pusiera sus cartas marcadas sobre la mesa, permitiendo que los ingleses masacraran  a muchachos argentinos en la plenitud de su vida, con una tecnología militar, incluso facilitada por ellos. No obstante que el tratado los obligaba a otra cosa. Las últimas noticias parecen indicar que el gobierno muy inteligentemente ha comenzado a echar marcha atrás en esta postura. Qué bueno. 

 

 

 

 

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