sábado, 15 de marzo de 2014

La moral evoluciona con los tiempos y necesidades humanas al igual que la política.


Por Armando Brugés Dávila.

En la época del Imperio Romano la esclavitud era moralmente buena, hoy día nos resulta éticamente aberrante. La moral o la ética, como la queramos llamar, para bien o para mal, son tan relativas como la mente humana que la creó. Veamos el caso por ejemplo de los aborígenes Sirionó del alto Amazonas, en la república pluricultural de Bolivia. Se trata de un grupo que fue avistado por primera vez en 1693. Se dice que los Jesuitas los llegaron a capturar en sus misiones. También que por los años 20 del siglo pasado muchos de ellos incluidos niños y mujeres fueron esclavizados por hacendados de la zona. Hoy día quedan unos 800   quienes gracias al gobierno de Evo Morales no sólo tienen estatus de ciudadanos si no también tierras, unas 63.000 hectáreas le fueron cedidas por el gobierno. Es más, su Asamblea Comunitaria  cuyo nombre es “Consejo del pueblo Sirionó” hoy día está afiliada a la Central de Pueblos Indígenas de Bolivia y su lengua es una de las oficiales del país  andino. Sin embargo por razones aparentemente inexplicables para nosotros los “civilizados”, estos aborígenes no tienen inconveniente en hacer el amor en público. Práctica que nuestros patrones socioculturales no solo rechazan si no que castigan severamente con multa y cárcel. Pero el cuento de esta tribu resulta más curioso aun cuando nos dicen que en cambio su vergüenza es infinita si son sorprendidos comiendo en público, más aún, por la misma razón pueden ser castigados severamente por el grupo.
Por estos días leía que un psicólogo evolucionista estadounidense de nombre Doug Lisle  expone una teoría según la cual en el mundo animal existe un sistema que él denomina La Tríada Motivadora, referida a la fundamentación biológica de la conservación de las especies. Se trata de un trio de mecanismos biológicos con que la naturaleza ha dotado a  las criaturas vivientes para garantizar su supervivencia y la transmisión de sus genes a todas sus generaciones. El primer elemento de dicha tríada es la “Búsqueda del Placer”, que implica comida y sexo; el segundo es “Evitar el Dolor”, ya que su presencia es señal inequívoca de problemas y el tercero es “Hacer Todo con el Menor Esfuerzo”, porque a mayor esfuerzo mayor gasto de energía y esta debe conservarse al máximo, como forma de conservar la vida. Su importancia va en un orden de mayor a menor, de allí que la primera abarque dos aspectos cruciales de la supervivencia; primero el placer que genera el alimentarse, sin alimento ningún ser vivo puede sobrevivir y en segundo lugar el placer que se obtiene durante la cópula acto con el que se garantiza la existencia futura de la especie. De aquellas dos posturas cuál será la correcta?  Sólo el futuro lo sabría y este no existe. Igual sucede con la política, otra creación humana y por tanto sometida a las leyes de la relatividad, en ella lo que ayer fue correcto, la monarquía por ejemplo, hoy es cuestión de desadaptados, pero como van las cosas la humanidad está tomando un rumbo sumamente peligroso para la democracia, máxima expresión de administración social humana. Cuando se crearon las Naciones Unidas, por ejemplo, se dijo que su propósito era evitar las guerras mediante la participación igualitaria  de las partes, pero allí mismo se creó el Consejo de Seguridad con su odioso veto y se acabó con el fundamento “democrático” de dicha organización. Allí se abrió una brecha de insospechables consecuencias, similar a la que se ha abierto con la dictadura de los alimentos a que nos tienen sometidos las transnacionales productoras de los mismos. Ojalá los pueblos reaccionen antes que sea demasiado tarde, está de por medio la existencia misma de la especie.





1 comentario:

  1. Estupendo artículo Armando. Tu capacidad investigadora es admirable Lo voy a replicar a algunos amigos. Felicitaciones...!

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