jueves, 21 de agosto de 2014

Qué hacer con el Liceo Celedón y con I.T. Industrial?


Por Armando Brugés Dávila.

Se trata de un tema que puede levantar muchas ampollas, pero considero necesario plantearlo con toda la sinceridad que el caso amerita.
Se trata de dos respetables instituciones educativas que en su momento fueron orgullo de la ciudad, pero el tiempo inexorable  todo lo acaba y depende de los seres humanos que eso no suceda con las cosas que nos son más caras. Por lo anterior y considerando que estas dos han quemado sus etapas desde el punto de vista pedagógico, dadas las circunstancias adversas de los últimos tiempos, es por lo que me permito plantear la siguiente propuesta:
El Liceo Celedón fue construido en 1924, por lo que su antigüedad es de 90 años; mientras que el edificio en donde funciona  el Instituto Técnico Industrial lo fue a partir de 1951, lo que nos dice que su antigüedad es de 63 años. Ambos son dos imponentes construcciones republicanas, que con el correr de los tiempos se fueron convirtiendo en platos de merienda de algunos administradores avivatos, que los convirtieron en barriles sin fondo, una especie de huecos negros  en donde cuánto dinero ingresaba para su recuperación, desaparecía para desencanto de la comunidad educativa, que ha visto asombrada cómo sus instituciones han venido cayendo pedazo a pedazo.
Con el Celedón la última inversión que se le hizo, cuantiosa por cierto, fue desviada y hasta la presente no ha pasado absolutamente nada. La justicia en nuestra ciudad pareciera detenida en el tiempo y esto ha contribuido  para que se haya visto sometida al más abominable saqueo y sus autores sigan muertos de la risa, porque no hay justicia que los detenga.
Esas dos hermosas edificaciones republicanas debieran ser rescatadas, pero no  para continuar como centros educativos,  porque  la ciudad ha crecido tanto que ya las mismas no resultan funcionales a los propósitos de la educación que requieren los nuevos tiempos. Es más, insistir en ello me parece retroceder, es querer mantenernos en un pasado que no conduce a futuro alguno; es persistir tercamente en algo que ya se fue y que no volverá; es insistir en la absurda idea de que todo tiempo pasado fue mejor.
La ciudad requiere de sitios en donde se promocione la cultura y una buena manera de iniciar el proceso, sería aprovechando estas bellas edificaciones para promoverla allí. Las estructuras y áreas que poseen estas construcciones, serían extraordinarias para que en ellas funcionara, por ejemplo, una gran biblioteca municipal, con hemeroteca incluida en donde se pudieran consultar los diferentes periódicos y revistas que en la ciudad han sido. Otro podría ser el Archivo Histórico del Magdalena Grande, considerado como el más importante existente en el área del Caribe, el mismo que hoy se pierde en los salones del antiguo hospital San Juan de Dios. La ciudad también se vería muy beneficiada con la apertura de una Sala de Concierto que no tiene; pero tampoco contamos con un Museo del Mar, que tanto serviría para el desarrollo turístico de nuestra ciudad y para que  nuestros niños y jóvenes adquirieran  sentido de identidad y pertenencia. No se explica que nuestra ciudad, con una riqueza antropológica de primer orden, como que en el área se dio  la Cultura Tayrona, una de las más importantes del país,  poco estudiada por cierto, y en donde funciona además una Facultad de Antropología, no cuente con un Museo Antropológico. Todas las propuestas anteriores tienen un común denominador: La esencia pedagógica-cultural de las imponentes construcciones seguiría  vigente y su aporte arquitectónico al desarrollo social y cultural de la ciudad sería de proporciones gigantescas. La dirigencia samaria  debe comenzar a pensar en grande y abandonar el pensamiento mezquino, utilitarista y politiquero en que viene empeñada hace tiempo o de lo contrario terminará arrollada por los acontecimientos.



2 comentarios:

  1. excelente propuesta hay que masificarla

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  2. Como solución humana...¡Excelente! pero indutrialmente hablando para capacitar a la juventud, muy de arriba. Da lástima ver sus talleres amarrados con pita de majagua; mientras en otro lugares ya está con la electrónica. Se han quedado los alumnos de la indutrial capacitados para hacer rejas. Toda una vida pasando por ese bello frente, pero las autoridades y el personal pensante no saben lo que está adentro abandonado. Y sí, manejado ese centro por fuereños amigos del billete, namá.

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