martes, 23 de agosto de 2011

Como para alquilar balcón.

Por Armando Brugés Dávila.
Qué haría usted, amable lector, si después de muchos avatares económicos, en los cuales le tocó, por último, empeñar las prendas de oro de la familia, si un buen día le llega una bonanza económica? La respuesta parece obvia, ir a la casa de empeño a pagar la deuda pendiente para que de inmediato le devuelvan sus joyas. Cierto?
Hagamos un poco de historia, resulta que en el segundo mandato presidencial de Carlos Andrés Pérez, este se comprometió, con el propósito de respaldar la deuda externa del país, en su momento la más alta de América Latina, poner las reservas de oro de Venezuela como garantía de la misma en países extranjeros, entre los que se encuentran el Reino Unido, Estados Unidos, Alemania, Francia, Suiza y Panamá.
La información que se tiene es que en aquel momento salieron del territorio 211.35 toneladas de oro, equivalentes hoy día a 11.000 millones de dólares, promediando se puede decir que el valor de tonelada, para este caso, es de 52 millones de dólares. De este total el Reino Unido tiene en sus arcas el 80% o sea 169,08 toneladas, el otro 20% se encuentra entre los otros cinco países arriba señalados.
Hasta aquí, todo va bien, el problema comienza cuando Venezuela en base a que ha saldado totalmente su deuda externa y no tiene cuentas pendientes con organismo internacional alguno, solicita a dichos países le devuelvan su garantía, la misma que una vez se viera obligada a entregar. Porque a decir de su ministro de Planificación y Finanzas, Jorge Giordani, no tiene sentido que mientras las reservas en oro de Venezuela en los bancos extranjeros no generan ninguna utilidad, estas mismas entidades crediticias cuando hacen préstamo al país exigen pagos de intereses hasta de un 15%.
Una cosa es clara, Venezuela está en todo su derecho, nos guste o no nos guste Chávez. De cómo lo tomen las potencias europeas, dependerán muchas cosas a futuro, no obstante parece ser que Europa sí tiene el oro suficiente como para respaldar su liquidez en tal caso. Pero no sucede lo mismo con entidades bancarias norteamericanas como el JP Morgan, al que al parecer le fueron entregadas en custodia 17.29 toneladas, o sea un 8,18% del total, avaluadas en 900 millones de dólares y aunque dice tener el respaldo suficiente sólo tienen físicamente 10.6 toneladas, por lo que la entidad bancaria se vería obligada a comprar oro para cumplir con su compromiso. La situación es tan delicada que se cree que de concretarse la medida el Banco JP Morgan podría quebrar.
América Latina, incluida Centro América y el Caribe tendrá que seguir con atención este proceso que de una u otra forma les afecta y no de cualquier manera. La situación podría desencadenar un efecto dominó de consecuencias imprevisibles, en tanto que algunos países de la UNASUR, por ejemplo, podrían también optar por solicitar su oro. Y qué podría suceder?

1 comentario:

  1. No sé por qué encuentro tan marcada relación entre el caso comentado en esta entrada y la foto que aparece en datos personales de este blog.

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