Hoy día, 151 años después, se presenta una situación aunque similar no
igual, debido a que al presidente Obama y a sus asesores en su afán de ganar la
reelección, se les ocurrió abrir en el sitio de internet de la Casa Blanca, un
apartado denominado “Nosotros el Pueblo”. Allí la administración invitó a los
ciudadanos estadounidenses a proponer cambios, cualquiera que fuesen, pero que
a ellos les gustara ver en práctica en la política del país, pero con una
condición: las propuestas deberían alcanzar dentro de los 30 primeros días de
montadas en Internet un mínimo de 25.000 firmas para que la Casa Blanca estuviese
obligada a responderlas o hacer
comentarios al respecto. Y sucedió lo inesperado: grupos de ciudadanos de una
serie de estados, entre los que se destacan Texas, Georgia, Tennessee,
Luisiana, Carolina del Sur y del Norte, Virginia, Misisipi y Arkansas,
fundamentados en aspectos económicos, fiscales y aún sociales resultaron pidiendo
la separación de Estados Unidos. Algunos expertos consideran que se trata de
una acción con más sentido populista y electorero que otra cosa; en su criterio
siempre han existido al interior del país, grupos conservadores manejando aún
las ideas de los Confederados del Sur del siglo XIX. En USA también parece
tener vigencia aquello de “No se puede dar papaya”, y eso fue lo que hizo el
Nobel de Obama. Vale anotar que se trata casi exactamente de los mismos estados
que en el siglo XIX lideraron el movimiento separatista de los demócratas esclavistas
del sur. Bien se podría decir que se trata de una fiel copia de su original pero
al revés. Ahora es la ultraderecha del sur la que propone la separación para
complicarles las elecciones a los demócratas. No obstante, varios estados
parecen haber alcanzado las 25.000 firmas, entre ellos, Texas, Georgia,
Tennessee, Luisiana, Carolina del Sur, y Arkansas.
El caso más interesante es el de Texas que parece haber alcanzado las
100.000 firmas, quienes argumentan para separarse “que los Estados Unidos continúan sufriendo dificultades económicas,
cuya raíz está en la negligencia del gobierno federal (léase demócrata) de
reformar los gastos internos y externos. Los ciudadanos sufren descarados
abusos a sus derechos. Y dado que el estado de Texas es la decimoquinta
economía del mundo y mantiene un presupuesto equilibrado, es factible abandonar
la unión y proteger el nivel de vida de sus ciudadanos, así como sus derechos y
libertades en correspondencia con el ideal de nuestros padres fundadores, los
cuales ya no están siendo reflejadas por el gobierno federal”. Por otro
lado, un grupo ha mandado otra solicitud en el sentido que toda persona que
firme una petición en ese sentido se le prive de la ciudadanía y se le deporte
“pacíficamente” del país. Lo cierto del caso es que Obama está en la obligación
de contestar porque a eso se comprometió públicamente, en caso de que las
peticiones alcanzaran más de 25.000 firmas. Amanecerá y veremos.
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