El título de esta columna pareciera como para un día
de los inocentes, pero se equivocan los lectores que así lo piensan. En efecto,
hace algunos días llegó a mis manos un DVD titulado Tenedor o bisturí; por él
supe de la existencia de dos estadounidenses profesionales de la medicina,
quienes sin conocerse y por motivaciones diferentes llegaron a la misma
conclusión: las carnes, incluida la de mar, igual que los lácteos, los huevos y
absolutamente todos los alimentos procesados, son la causa en un 99% de las
enfermedades cardiovasculares, el cáncer y la diabetes. Me refiero a los
galenos Colin Campbel y Caldwell B. Esselstyn, ambos hijos de granjeros y por
tanto productores y consumidores desde muy niños, de carne y leche y obviamente
defensores a morir de las mismas. Pero la vida les dio sorpresas y terminaron
en el campo contrario. El video me dejó conmocionado, en tanto me
percaté se trataba de una pelea similar a la de David y Goliat, esto es,
dos humildes médicos de origen campesino enfrentados a las
transnacionales productoras de alimentos, cárnicos, lácteos y procesados en
general de carácter mundial. Pero no se amilanaron, y aunque sin
conocerse entre sí asumieron, cada uno por su lado, el reto con valentía y un
entusiasmo que sólo la honradez científica puede generar. Su tesis era clara y
contundente: la ingesta de carnes, lácteos, huevos y alimentos procesados eran
elementos claves para enfermar de cáncer, diabetes, corazón y muchas
otras enfermedades azotes de la población contemporánea. En su criterio, con
sólo una ingesta alimenticia basada en alimentos integrales,
verduras, frutas y alimentos no procesados, la humanidad podía detener la
pandemia actual de esas enfermedades y lo que es aún más interesante, hacerlas
retroceder. Como ellos mismos manifiestan a las transnacionales farmacéuticas
les producen ganacias los enfermos, los vivos y los muertos no les interesan
para nada. Llamó mi atención, que en el video se anunciaba un trabajo de
investigación sobre el tema que para la época estaba realizando el doctor Colin
Campbel y un grupo de colegas, americanos y chinos, considerado
como el trabajo de investigación más importante realizado en la historia de la
medicina. Apenas el año pasado salió a la luz pública el libro titulado El
Estudio de China, que no es sino el resumen, por llamarlo de alguna manera, de
ese fabuloso trabajo de investigación realizado en territorio chino.
Como bien lo dice el autor, jamás ha pretendido gozar de buena salud
con la esperanza de ser inmortal. Para él, tener buena salud significa ser
capaz de disfrutar plenamente del tiempo del que disponemos. Esto es, gozar del
mejor estado posible a lo largo de nuestra vida y evitar penosas y prolongadas
batallas con la enfermedad. En su criterio, hay muchas formas mejores de morir
y de vivir.
Cambiar de estilo de vida, esto es, dejar los filetes y los alimentos
ricos en grasa, puede parecer poco práctico. Pero ante el padecimiento de
una diabetes, por ejemplo, que no es
curable ni con droga, ni con cirugía, y propensa a producirnos afecciones
cardíacas, derrame cerebral, ceguera o amputaciones, sin olvidarnos de las
inyecciones diarias, bien vale la pena intentarlo. Si alguna entidad o persona
está interesada en más detalles sobre el tema, con mucho gusto les colaboraré
desinteresadamente. Mi correo es: armandobrugesdavila@gmail.com.
No se resigne a dejarse morir impunemente; la esperanza es lo último
que se pierde y en estos casos lo peor que podemos hacer es no intentarlo.
Estupendas noticias. en un artículo sencillo y bien explicado. Anótame como uno de tus muchos receptores, interesado en conocer toda la información que al respecto vayas acumulando. Mil gracias.
ResponderEliminarRoger Capmartin Retat
Excelente articulo.
ResponderEliminarArmando
ResponderEliminarNo se si me recuerda soy Hernan Zabraian,padezco de Daibetes tipo II y estoy interesado en saber mas sobre el tema
Saludos