Pero el
mismo doctor Campbell señala: primero, que lo que no se dijo en ese momento fue que sólo un 10.2%
de la población en general, era portadora de las formas mutantes de esos genes,
y que como estas aberraciones genéticas eran extrañas, sólo un pequeño
porcentaje de los cáncer de mama podían ser atribuidos a una mutación de los
genes BRCA1 y BRCA2; segundo, que con
toda seguridad esos no son los únicos genes que participan en el proceso y que
pronto aparecerán otros; y tercero, que de acuerdo a la investigación realizada
por él y su equipo de colaboradores, la sóla presencia de los genes BRCA1 y
BRCA2, no son determinantes para causar la enfermedad. En su criterio, factores
ambientales y nutricionales son esenciales para desarrollar o evitar la acción
de dichos genes.
Vayamos
ahora al nudo del problema; resulta que la compañía estadounidense
MyriadGenetics, es la propietaria de las patentes de las pruebas relacionadas
con dichos genes, lo cual significa que tiene la facultad de detener todas las
investigaciones que tengan que ver con estos genes, pero como si esto no fuera
suficiente tiene el monopolio total y absoluto para realizar o autorizar dicha prueba, la cual tiene un
costo de más de 3.000 dólares, unos seis millones de pesos. Esto fue lo que
pagó Angelina Jolie, nada más por el examen; del valor de la mastectomía no se
habló. De todo esto, lo que me huele mal es la invitación que la actriz hace a
las mujeres del mundo en una página de opinión del New York Times, afirmando: “Espero que otras mujeres puedan aprovechar
mi experiencia. La palabra cáncer todavía suscita temor en el corazón de la
gente y produce un profundo sentimiento de impotencia. Pero en la actualidad es
posible determinar con un análisis de sangre si una tiene una alta propensión a
tener cáncer de mama y de ovarios, y luego tomar medidas”.
Para ser
sincero esto no me convence; me huele a mercadeo ramplón, al punto que acaba de
anunciar nuevamente a los cuatro vientos, que se va a realizar la extirpación
de los ovarios. Algunos me dirán que yo por qué me meto en estas aguas si no
soy ni enfermero, y tienen toda la razón del mundo. Pero lo hago porque me
estoy leyendo “El Estudio de China” de T. Colin Campbell, considerado el
proyecto de investigación más ambicioso en la historia de la medicina, y con lo
que he leído no me queda duda que el cáncer no solo es evitable sino también
curable con un simple cambio en nuestra dieta alimenticia.
A los
interesados en el tema pueden contactarme armandobrugesdavila@gmail.com . Ya basta de tanta
cuchilla.
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