Será qué nadie
va a responder?
Por Armando Brugés Dávila.
Por estos días recibí de una amiga un email http://www.youtube.com/watch?v=trWZRj1CW5Q&feature=youtu.be
que me llevó a renegar de mi especie,
puesto que pertenecer a una con tanta capacidad de perversidad no tiene
sentido.
Se trata de un video en la cual un
psicólogo argentino de nombre Carlos Amodei, poseedor de un respetable
currículo, acusaba a la OMS (Organización Mundial de la Salud) de ser una
institución mafiosa al servicio de las transnacionales farmacéuticas.
En primera instancia manifestaba,
que no entendía cómo la OMS sin ningún inconveniente comunicaba de manera
oficial, que el virus del Chikungunya no tenía vacuna, lo cual según él no era
cierto. Ante semejantes acusaciones no tuve más remedio que continuar
escuchándolo. Eran señalamientos muy serios
en contra de una institución que los ciudadanos del común planetario
tenemos como modelo de ética. En su criterio se trata de una pandemia
manipulada por la OMS, dado que el virus del Chikungunya fue patentado, léase
bien, patentado en el 2005. Es decir, se trata de un virus que tiene dueño.
Pero no se queda allí, sino que muestra la patente con su respectivo número de
registro, en la cual se expresa el propósito de utilizarlo. Pero según él las
cosas no quedaron allí; cinco años después se patentó la molécula que controla
la fiebre que produce el virus, mostrando la respectiva patente y su número de registro,
así como el propósito de ser utilizada en pronósticos, diagnósticos y
terapéuticos. Un año después, en el 2011, se patentó la vacuna y vuelve y lo
demuestra mostrando la respectiva patente y su respectivo número de registro.
Observe el lector que estamos hablando de un virus, una cura y una vacuna de
una epidemia que no ha comenzado, pero como estaban las cosas, sólo faltaba
producirla para comenzar a ganar dinero. Un informe de la ClinicalTrial.go,
publica en el 2011 que el virus y la vacuna han sido ensayados en población
saludable, señalando que la misma produce en aquellos, fiebre, dolores
generalizados, musculares y en articulaciones, fatiga y cuadro febril.
Pero el asunto llega al colmo,
cuando este profesional argentino presenta lo que se denominó por la compañía
farmacéutica como un “Estudio de perspectiva” el cual, de acuerdo con este
señor, no es más que, un estudio de marketing de la misma, puesto que allí se
entra a sugerir la posible rentabilidad o no de la vacuna. Un subtítulo en el estudio
lo dice claramente: “Perspectiva de la vacuna y del Virus Chikungunya”.
En este pasaje del estudio, se dice que una de las desventajas económicas que
presenta la vacuna es que no puede mutarse mucho, por lo que una sola vacuna
puede servir para toda la vida: También se dice que eso podría obviarse con una
buena estrategia publicitaria; esto último, según el denunciante, no permite
nada diferente a concluir que, sembrar el pánico no deja de ser un negocio muy
lucrativo. Y a propósito, será que se descubrió que el Ebola era mejor negocio
y se cambió la estrategia?
En todo caso en dicho estudio se
señala además que, los mercados potenciales para un buen desarrollo comercial
de la misma podrían ser, entre otras, la zona tropical del planeta, en donde se
producen las mayores concentraciones de poblaciones asoladas por la pobreza, también
las concentraciones militares y las zonas de alto flujo turístico, esta última
permitiría una mejor propagación del
mismo, en la medida en que los turistas salen y entran de los diferentes
países. Habrase visto tanta maldad.
Si los lectores se toman el trabajo
de entrar a la dirección con la que
inicio este artículo, se percatarán que todo está muy bien documentado,
pero en el supuesto que todo fuera una miserable calumnia, me atropella la
incertidumbre de pensar que la OMS no se levante en pleno a protestar y
desvirtuar semejantes acusaciones. Dicen por ahí que el que calla otorga y esto
sería lo que estaría haciendo esta organización que rige y maneja la salud a
nivel planetario. Es más, con el Ébola ya circulan rumores que dejan mucho que
desear a nivel de ética planetaria por parte de estos organismos. Pero no sólo
está comprometida la OMS, también lo está la ONU, en tanto que la primera es un
organismo de esta última a la cual ha concedido la responsabilidad de gestionar
las políticas de prevención, promoción e intervención en salud a nivel mundial,
razón por la cual, la ONU queda
bordeando de manera peligrosa los límites de la credibilidad, lo que no resulta
conveniente ni recomendable dada la situación política mundial.
La OMS debe manifestarse en torno a
estas denuncias o sus miembros, si es que les queda un poco de vergüenza, renunciar de inmediato. Pero al parecer este
verbo, en estas instancias internacionales, tampoco es conocido.
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