domingo, 7 de octubre de 2012

El Archivo Histórico: una vergüenza impresentable.

Por Armando Brugés Dávila.

En estos días he sentido dolor de patria al enterarme que el archivo histórico localizado en el antiguo Hospital San Juan de Dios se está botando a la basura por camionadas, a consecuencia del agua lluvia filtrada por los techos de sus instalaciones.
Recuerdo que en 1998 escribía con júbilo, en este mismo Hoy Diario, que la intelectualidad del Magdalena y especialmente la de Santa Marta, se encontraba feliz  con la noticia de la iniciación de lo que podría considerarse la obra cumbre de la Academia de Historia del Magdalena: la creación del Archivo Histórico.
Gracias al tesón y empeño del médico e historiador Arturo Bermúdez Bermúdez, en aquel entonces presidente de la Academia de Historia, dos entidades nacionales habían decidido hacer importantes aportes para ello: Colcultura con ocho millones y medio y el comité del V Centenario con dos millones y medio, para un total de once millones de pesos, ambos con la destinación específica de reparar y adecuar la antigua Escuela de Readaptación de Menores, local donde debería funcionar el Archivo Histórico y Regional del Magdalena, habida cuenta  que la documentación histórica existente en Colombia estaba considerada como la más importante en Hispanoamérica después de México, y que en lo que a nuestro interior  correspondía, la documentación del archivo histórico del Magdalena era considerado por los expertos como el más importante del país. Es más, por su planta física y riqueza documental, el Consejo Nacional de Archivos lo tenía  señalado como la futura sede del Archivo Histórico de la Costa. Pero, cuando todo era felicidad, se comenzó a filtrar un rumor que parecía no tener sentido: una entidad universitaria de carácter privado, a la que se le habían adjudicado dichas instalaciones, pero que en su momento, por razones que en su momento desconocimos, no quisieron asumir la responsabilidad, resultaba ahora reclamando dicho derecho no obstante haber finiquitado el tiempo para validar el comodato que se le había otorgado. Pero como en este país,  la política y el lobby pueden más que cualquier otra cosa, nos tocó salir de allí con todo. Sólo la estantería se salvó porque no había ingresado al edificio. El local fue cedido a la Universidad Sergio Arboleda y el Departamento perdió la posibilidad de contar con unas instalaciones adecuadas para que funcionara el Archivo Histórico del Magdalena Grande, considerado uno de los más valiosos del área del Caribe. Al parecer, a los administradores de la cosa pública magdalenense y mucho menos a la samaria, les cupo en la cabeza que un archivo de carácter histórico como el que poseía el Magdalena era un atractivo turístico y científico de primera línea tanto a nivel nacional como internacional.
Ahora resulta que cada minuto que pasa, ante la mirada oligofrénica de nuestros administradores públicos, cientos de documentos que recogían gran parte de nuestra experiencia como pueblo, se pierden por simple y llana incapacidad de estos chupasangres de la administración pública. El que fuera el más importante archivo histórico del Caribe esta reduciéndose, en tiempo record, a su más mínima expresión. Como población no podemos ser más infame con nosotros mismos, al permitir que esto suceda y sigamos votando por los mismos.

 

 

 

 

2 comentarios:

  1. Es la culminación de una infamia como otras tantas que nos caracterizan. ¿Qué horror, qué verguenza...!

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  2. Cuando comencé a moverme por la región andina, sacaba pecho por el " ciclón bananero " y por los comentarios que escuchaba: " ustedes los Samario deben saber mucha historia, son de la ciudad mas vieja de Colombia ". - Estos comentarios y el amor que por la historia sembró en mí el profesor Rodriguez, (el negro Rodriguez) como lo llamaban o lo llaman con cariño en PESCADITO -, fueron los que me convirtieron en un recolector de datos sobre los hechos de la conducta humana; de igual manera a interesarme por su conducta política.

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