martes, 11 de febrero de 2014

Falcao: una extraordinaria lección de tolerancia.


Por Armando Brugés Dávila.

En un país con sesenta años de guerra fratricida y con una maquiavélica tendencia cultural de intolerancia social, no era siquiera previsible un comportamiento semejante.
Hoy,  tomo la determinación de escribir sobre el percance sucedido a nuestro futbolista Radamel Falcao, en el sentido que fue lo mejor que le pudo haber pasado a nuestro compatriota y coterráneo  y a nuestro país, porque con ello el mundo pudo conocer las dimensiones humanas no sólo de este hombre latinoamericano y caribeño, sino del colombiano como ser humano. Con Falcao borramos de un plumazo ante la faz del mundo, ese cliché de bárbaros asesinos que hace rato nos viene acompañando y por el cual somos tan mal vistos y recibidos en los aeropuertos del mundo.
En aquel momento, gran parte de la hinchada colombiana y mundial se fue lanza en ristre, incluida amenazas de muerte, contra el futbolista Soner Ertek, defensa del equipo aficionado Chasselay de la cuarta división francesa de futbol, autor de la lesión que podría impedir al colombiano su participación en el Mundial de Brasil. Aquél, entre  desconcertado y aterrorizado por las amenazas e insultos que le llegaban por Internet, manifestaba que “si pudiera volver atrás, habría sido un gran placer dejarle marcar el gol más que impedírselo”, señalando además  que le hubiera gustado presentar sus excusas a Falcao  y a su gente, pero que le había dado vergüenza  y que cuando se decidió visitarle, ya el jugador se había marchado; seguramente, pienso aquí entre bambalinas, que el temor a la reacción del lesionado, que además de gravemente perjudicado era colombiano, esto es, un amamantado en la violencia, tuvo que haber jugado importante papel para que esta visita no se realizara.
Pero contrario a todo lo esperado, Falcao sorprendía al inhumano mundo de la competitividad dolarizada, con unas declaraciones que lo dimensionan como un grande del deporte mundial. La sorpresa y alegría de Ertek debió ser mayúscula, cuando en su cuenta twitter recibió un mensaje del colombiano en que le decía: “Soner Ertek, gracias por tus mensajes. No te culpes por lo sucedido, son accidentes del futbol.” Y por los medios le mandó un saludo de paz y tranquilidad, afirmándole  que él no tuvo la culpa de la lesión y que la gente debía tener un poco de piedad con él. Se trataba de una lección de sensatez  y mesura digna de mejor suerte. Una lección de tolerancia de la más alta calidad humana, que debió ser aprovechada  por los que participan en el proceso de paz en La Habana, como ejemplo digno a imitar, no sólo en el interior mismo de la mesa de diálogo, sino en el cerebro de los 40 millones de colombianos, que de acuerdo o no, están de alguna u otra manera involucrados  en dicho proceso. Pero no fue así; como siempre, fueron otros los que le dieron la dimensión que tenía el suceso. Fue el Consejo Nacional de Ética de la Federación Francesa de Futbol, la que en declaración pública felicitó al futbolista colombiano, de quien se refirió diciendo: “Sus declaraciones plenas de prudencia y moderación, muestran que más allá de su calidad excepcional de jugador sobre el terreno, es un ejemplo a seguir también fuera.”
Creo que se quedaron cortos; pero resulta realmente triste, que sea en el extranjero en donde se le haya dado el valor que merecía el gesto del colombiano, cuando aquí necesitamos tanto de estos buenos ejemplos de prudencia, moderación y tolerancia. Radamel Falcao resultó inmenso como persona y si la prensa internacional alguna vez llegó a decir, que si Pelé hubiera metido aquel gol en un partido de Copa Mundo, cuya pelota pasó rozando el vertical después de tres o cuatro espectaculares gambetas, se hubiera hecho merecedor a una estatua in situ, a Falcao se la vamos a tener que hacer los samarios al lado del Pibe, pero no por futbolista, que méritos tendría para ello, si no por su calidad humana.




4 comentarios:

  1. Excelente tu artículo. Lo comparto plenamente por ecuánime y ponderado, ademas, repleto de esa especial sensibilidad humana que tu tienes.
    Roger Capmartin Retat

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  2. Muy bueno y una gran realidad de nuestra Historia, generalmente no somos profeta en nuestra tierra.
    Muchos recuerdos.

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  3. Respeto ante todo Falcao (:

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