martes, 6 de mayo de 2014

Comienzan a aparecer los problemas del TLC.


Por Armando Brugés Dávila
Algún analista optimista o muy torcido llegó a expresar en su momento que el tratado de libre comercio entre Estados Unidos y Colombia no tenía ningún problema porque teniendo diferentes fines esto permitía que “en cierta forma”, sin aclarar cual, “los dos países se favorecían”.    Lo cierto es que alrededor del mismo se dieron situaciones muy curiosas que permiten pensar lo contrario en cuanto a beneficios. Los sindicatos estadounidenses, por ejemplo, no estaban  de acuerdo con la firma de dicho tratado, para ellos el problema era otro, era de competencia. Hay un momento en el proceso en que de manera por demás sospechosa los que llegan a hacer lobby para que el congreso estadounidense lo apruebe son nada más ni nada menos que Microsoft, Coca Cola, General Motors y Wal-Mart. Estos cuatro monstruos de la economía mundial le solicitaron al congreso, mediante documentos escritos, aprobaran dicho tratado. Y ahí si como dice la filosofía popular, de eso tan bueno no dan tanto. Es más el partido republicano, es decir la derecha americana, en la campaña electoral de 2008 tuvo esa aprobación como bandera de campaña, seguramente para atraer el voto de los sindicatos, en tanto que el candidato demócrata Obama se mostraba reacio a  la misma dado que según él, en Colombia los derechos humanos del sector sindicalista estaban siendo vulnerados. Pero como todos recuerdan no pasó mucho tiempo para que su asesor de campaña en Asuntos Hemisféricos saltara a la palestra manifestando que dada la importancia de Colombia para los intereses de los Estados Unidos el candidato Obama no tendría ningún problema para entrar a revaluar su posición en lo concerniente a la firma de dicho tratado. Es decir comenzó a echarle aceite de coco al problema.
En el país mientras tanto, nunca se hizo una consulta popular como era lo indicado, solo  se levantaron voces aisladas a favor y en contra del mismo. Mientras el presidente de Analdex, por ejemplo, decía que “era claro” que en términos generales el país ganaba con la firma del TLC dado que se interpretaba como un contrato de estabilidad en las reglas del juego con su principal socio comercial; el senador opositor Jorge Robledo, manifestaba  que el tal tratado solo generaría más pobreza y él solo generaría utilidades para  Estados Unidos. Todo apunta a que el senador Robledo tenía razón, al punto que el mismo gobierno aceptó que con la entrada en vigor del tratado algunos sectores ganarían pero otros se verían afectados. Se sabía de antemano que el sector agropecuario y el sector salud serían los grandes damnificados.  En lo que respecta a salud las concesiones otorgadas en el tratado fueron de tal magnitud que las transnacionales farmacéuticas estadounidenses superaron los estándares de protección otorgados por la Organización Mundial de la Salud.
Lo  anterior explica en parte el paro agrario nacional indefinido que comenzó el lunes pasado, de allí que uno de sus principales puntos sea el denunciar la injerencia de los Tratados de Libre Comercio (TLC) en el sector agrario que ha traído como consecuencia la ruina de los campesinos al tener que vender sus productos por debajo de los costos de producción y su consecuente migración hacia los sectores urbanos en donde no los espera sino la mendicidad como ha venido sucediendo en otras latitudes del continente. Con justa razón el senador Jorge Robledo, manifestaba en alguna ocasión, refiriéndose al tema que se trataba de un acuerdo entre “mula y jinete”. Según él la cuestión era muy sencilla; vender un par de zapatos en Nueva York implicaba para el productor colombiano competir y derrotar a la supereconomía exportadora china. Más claro imposible.

Hace rato en este país se está jugando con la candela del descontento social y ello no es bueno porque cuando éste se sale de madre el peligro que corre la sociedad es altísimo. 

1 comentario:

  1. Excelentes y muy acertados comentarios que no le gustan para nada a la ultraderecha de nuestro país, puesto que, cosa rara, ellos en su gran mayoría son los beneficiarios de esta clase de negocios donde solo los muy ricos salen favorecidos. Cuidado te "mandan picar" por subversivo y terrorista. Roger Capmartin Retat

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