jueves, 29 de mayo de 2014

El estamento estudiantil mundial se rebela.



Por Armando Brugés Dávila.

Para nadie es un secreto que la reserva moral de la humanidad reposa en su juventud y el mundo estudiantil se comienza a sofocar a nivel planetario. Francia y España son dos buenos ejemplos en Europa y Perú, Chile, y México son buenos ejemplos en América. Incluso Colombia en donde la juventud universitaria además de pedir reivindicaciones estudiantiles, da ejemplo de solidaridad humana al repudiar acciones como el horrible asesinato en Bogotá del indigente conocido como  Calidoso y rechazando contundentemente los insultos de tipo discriminatorio que hiciera un compañero de la Universidad Cooperativa de Ibagué a raíz de la tragedia sucedida en Fundación. No me atrevo señalar a Venezuela, en donde la situación estudiantil es por lo menos diferente a las anteriores;  en las primeras, las protestas giran en torno a procurar la gratuidad de la misma, en tanto que en el hermano país los que protestan son los estudiantes de las universidades privadas en compañía de  personas de dudosa reputación y lo hacen en procura de unas libertades y derechos no muy claros que digamos, pero en ningún caso por las gratuidad de la misma, dado que allí la educación oficial es gratuita desde el preescolar hasta la Universitaria.  La situación por Asia y África  no es que anden sobre ruedas; por allá también se están cociendo habas.

En Estados Unidos mientras tanto, lo que fue se les metió al rancho, al punto que hace unos pocos días, nada menos que la Directora del Fondo Monetario Internacional, Christine Legarde, se vio en la penosa necesidad de tener que renunciar a llevar la palabra en la ceremonia que realizaría The Smith College, prestigiosa universidad femenina de Massachusetts, con motivo del fin de curso. La razón: un grupo de estudiantes utilizando Internet se opuso a su intervención, aduciendo que el FMI “se había dedicado a promocionar al imperialismo económico y al patriarcado cultural que oprime a las mujeres de todo el mundo”, acusándolo además, de ser el primer responsable del fracaso de las políticas de desarrollo en los países pobres. Y aunque insisten en respetar los logros de la señora Lagarde como líder femenina en el mundo, manifestaron sin tapujos que no desean ser representadas por una persona, “que ha colaborado con sistemas que ellas han aprendido a combatir.” Pero las cosas no quedaron allí; algo similar aconteció con la exsecretaria de Estado de George W. Bush, Condoleezza Rice, quien había sido invitada  por la Universidad de Nueva Jersey. Estamos hablando de un centro universitario con una tradición que data de 1871; de allí salió Margaret Mitchell, la autora  de la novela “Lo que el viento se llevó” y Betty Friedan, importante representante del actual movimiento feminista en Estados Unidos. A esta invitación también se opusieron los estudiantes, aduciendo el papel que dicha señora jugó en la destrucción de Irak. Ante semejante situación, la señora Rice se vio también obligada a renunciar a su participación en el acto.
Ahora falta ver qué sucederá con la determinación tomada por la ortodoxa y muy conservadora Universidad de Harvard, considerada hoy por hoy  el centro universitario de las elites del mundo. Esta universidad acaba de otorgarle  el premio “alumni achievement awards”, que se otorga al alumno con trayectoria sobresaliente, al disidente venezolano Leopoldo López  por su  “apoyo a la democracia y transparencia en Venezuela”. Determinación, que si analizamos críticamente, tiene más de política que de académica, ya que el propósito del premio creado  en 1997, señala específicamente que será “para reconocer a exalumnos con más de seis años en sus carreras tras concluir sus estudios, que “hayan mejorado de manera significativa la condición humana a cualquier nivel (local, estatal, provincial, nacional o internacional). Como se puede observar, la motivación para otorgárselo al señor, no coincide con lo planteado en los fundamentos del premio. A él se le otorga por apoyar la democracia y transparencia en su país, pero el premio dice “haber mejorado de manera significativa la condición humana”; es decir, hace referencia a una mejora físico-afectiva en los seres humanos, no a niveles de ideología política, porque cuando dice “ de cualquier nivel” se refiere a otro asunto.
Infortunadamente, la noticia no deja claro en qué momento se entregará el premio, pero trataremos de enterarnos de lo que allí suceda ese día. Lo interesante es que, la juventud estudiantil está pidiendo su espacio de participación en las grandes transformaciones sociales del presente siglo y ello resulta una muy buena señal.





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