Sociedad
Bolivariana y Archivo Histórico.
Por Armando
Brugés Dávila.
Dadas las muchas inquietudes que generara mi artículo en
torno a la suerte del Archivo Histórico del Magdalena y enterado del heroico
logro de la restauración de la sede de la Sociedad Bolivariana, me embargaron
dos sentimientos y se me ocurrió una respetuosa propuesta. Me embargó la nostalgia,
al pensar que durante los 3 años que estuve presidiendo la sociedad no pude
alcanzar tan caro objetivo, no obstante que le trabajé a dicho propósito con
verdadero amor bolivariano. Recuerdo cómo de manera estoica en más de una
ocasión me tocó hacer cola, como
cualquier desempleado, a políticos influyentes de la época para que colaboraran y no tuviera la ciudad
que pasar por la vergüenza de tener que devolver la sede al Ministerio de
Cultura. Vergüenza porque resultaba inexplicable que Santa Marta, la ciudad en
donde pasara a la inmortalidad El
Libertador Simón Bolívar, a propósito hoy más vigente que nunca, la sociedad encargada de mantener su memoria,
no contara con una sede decente en donde turistas extranjeros y nacionales,
historiadores y jóvenes estudiosos de las ciencias políticas, fueran recibidos
en primera instancia, antes de adentrarse al mítico mundo de San Pedro Alejandrino, dolorosamente convertido hoy en centro de agasajos y
reuniones sociales privadas. Pero mis prácticas de lobby infortunadamente no
dieron los frutos esperados. Sus ayudas consistieron en migajas que no servían
casi que absolutamente para nada. Pero también sentí orgullo, porque estoy
seguro que sin la guía de mi dilecto amigo Ramón Palacio Iguarán, presidente de
la corporación, los estudiantes de la Escuela de Derecho “Rodrigo Noguera Laborde” no hubiesen
alcanzado tan importante logro. Gracias
Ramón, por haber logrado semejante
regalo para la ciudad. Ella no tendrá cómo agradecértelo y los bolivarianos
siempre lo recordaremos con gratitud. Bien valdría la pena instalar allí una
placa de mármol con los nombres grabados de los jóvenes hacedores de la acción
popular y el tuyo como fuente de inspiración.
Asimismo la respetuosa propuesta radicaría en solicitar a
estos jóvenes estudiantes, que pensaran en la posibilidad de elaborar una
acción de tutela cuyo propósito ahora sería la salvación del Archivo Histórico
del Magdalena. Se trata del archivo más importante del área del Caribe por su
documentación, pero que gracias a la desidia de las administraciones locales,
igual a como actuaron cuando se les solicito el rescate de la sede de la
Sociedad Bolivariana, se está perdiendo en los cuartos del antiguo hospital San
Juan de Dios, donde se encuentran tirados y sometidos a la humedad de las aguas
lluvias que se filtran por sus techos. La misma situación que vivía la Sociedad
Bolivariana que se caía a pedazos antes de su hermosa restauración. Esta sería
una maravillosa manera de pagar una deuda moral que la Universidad Sergio Arboleda tiene con el
Archivo Histórico del Magdalena. Santa
Marta, y en este caso también el Magdalena, tampoco tendrían, como ahora, con
qué pagarles semejante aporte a la cultura local y regional.
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