Para buscar la explicación de cualquier hecho político y éste lo es,
hay que buscar a quién beneficia. La verdad, que a mí personalmente no me convence el cuento
de que el acuerdo de cooperación con la OTAN, más que una amenaza, pueda ser
una oportunidad que se deba aprovechar, como repite un comentarista en un
periódico de circulación nacional. Comenzando por el bache del
presidente Santos, quien inició el asunto diciendo que la intención de Colombia
apuntaba a ser miembro de la OTAN, pretensión que la misma entidad salió a
aclarar como imposible, informando a continuación, que lo que se estaba
preparando era un acuerdo con el país suramericano, que “permitiría el
intercambio de información clasificada entre la Alianza y Colombia”. Vaya a saberse a qué tipo de información se
estarán refiriendo, con eso de clasificada.
El Ministro de la Defensa,
respaldado obviamente por el vicepresidente de la OTAN Alexander
Vershbow, dice que no se trata de un acuerdo que se enmarque dentro de ninguno de los programas
estructurados por la Alianza en el pasado, tales como la Alianza por la Paz, la
iniciativa de Cooperación de Estambul o el Diálogo Mediterráneo, con los cuales
se buscaba acercar a miembros de la Cortina de Hierro, del golfo Pérsico o del
sur del Mediterráneo, respectivamente, para incluirlos en las prácticas que en materia de seguridad
y defensa desarrollaba la OTAN. Lo cual resulta apenas obvio, pues en este caso
se trata de atraer a miembros de la América Latina y el Caribe. Pero no, se nos
dice eufemísticamente que se busca es crear instrumentos puntuales y
específicos con terceros Estados “alrededor del mundo” (las comillas son
nuestras) en lo relacionado, por ejemplo, con capacitación de personal civil y
militar. Luego…, es que pensamos seguir guerreando? Igualmente se busca la
participación en misiones, pero no de combate sino en otras “funciones”?.
Espionaje cibernético o algo parecido? Como también desarrollar de capacidades
conjuntas en materia de atención a personal herido en combate? Será que nos
proponemos sudar camisas ajenas de guerras en las que no tenemos nada que ganar
y sí mucho que perder sobre todo en lo relacionado con el personal de salud del
que tanto carecemos para atender a nuestros propios nacionales? De otra parte,
dice el Ministro que Colombia se muestra interesada en mostrar su “experiencia”
en materia de lucha contra el narcotráfico, y hace bien en hablar de
experiencias porque de resultados pocón, pocón. El aparato narco-militar está
intacto, como en sus mejores tiempos. De igual manera, dice nuestro Ministro de
Defensa que el gobierno está interesado
en aprender de la OTAN, experiencias en materia de “integralidad” (?), transparencia y
anticorrupción. Eso de integralidad dice tanto que no dice nada; ahora, que
cuando se habla de transparencia y anticorrupción me pregunto: Estaremos
hablando de la misma entidad a la que me referí en un artículo publicado en
este mismo periódico el 8 de junio pasado titulado, Política terrorista en la
OTAN? en donde entre otras cosas
escribí: “Según Kramer, todo apunta a que de
estas operaciones de la red terrorista, (que operaba en Europa contra todo lo
que oliera a izquierda) conocían los servicios de inteligencia de Bélgica,
Estados Unidos, Luxemburgo, Alemania y la mismísima OTAN, en donde al parecer
se planificaba todo”. Luego, de dónde transparencia y todo lo demás. Es más,
una fuente de la organización, a la que no identifican, dijo que “el acuerdo sería un precursor para cualquier cooperación
futura posible con Colombia que los aliados desarrollen a través de la OTAN”.
Realmente cada país tiene derecho a hacer de su capa un sayo, pero
también tiene obligaciones que respetar, como es el caso de los compromisos adquiridos y en este caso, el
gobierno colombiano no debe olvidar acuerdos como el Compromiso de Paz,
Seguridad y Cooperación de 1989, la Declaración del Mercado Común del Sur de
1998, que declaró a Suramérica como zona de paz, similar al suscrito en el 2000
por UNASUR. Además de otros compromisos que como lo manifestara el presidente
de Bolivia recientemente, apuntan a crear una zona libre de armas nucleares, de
bajo costo militar y comprometida con el desarrollo social y no con la guerra.
Ojalá no tengamos que arrepentirnos de este paso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario